domingo, 10 de noviembre de 2013

INVERSIONES O SIMPLES COMPRAS ESPECULATIVAS, EJEMPLOS DE LA MALA PRAXIS POLÍTICA DE LA DERECHA

Continuando con la peripecia articular de la que ya informé y recluido en el breve espació de la cama, la silla (a ratos) y la ventana (en cuanto puedo), a la vez que controlando esa docena de pastillas recetadas antes de la crisis farmacéutica, no me queda más remedio que leer en una posición un tanto adversa gracias al libro electrónico que muy precautarioamente me regaló mi hija. Es ligero, se abre cual libro, por lo que se sostiene en un precario pero imprescindible equilibrio sobre una superficie improvisada y contiene entre 300 y 400 libros. Incluye imágenes y todo tipo de temas, con un defecto inaudito: no pagina, con lo cual nunca sabes en donde estás (todo hay que decirlo, te da el porcentaje de lectura, una manera un tanto neo liberal de informarte). No es que te pierdas, pues la tecnología todo lo cubre, cierras el libro (es decir lo apagas) y en cuanto lo desees lo abres de nuevo (es decir lo enciendes) y te encuentras en donde estabas.

Para quien se planifique en un inmediato futuro estados de yaciente o paciente se lo aconsejo. Además es una conexión diligente, aunque limitada, al mundo digital y permite un repaso a la prensa diaria y a la lectura del blog. No substituye al mundo clásico libresco, ni mucho menos, pero hace su trabajo en estas complejas circunstancias.

En fin, que todo ello me ha llevado a anotar unas cosillas que tal vez les interesen si son comentadas con suficiente raciocinio y poco interés económico. Ahí van, esperando a que se me abran las puertas del corral y me suelten. Van a ver.

En razón a la importancia del asunto (me resisto al término tema, demasiado bizantino para este caso a fe mía), empezaré conectándome con lo penúltimo del blog, el artículo de Paco Rodríguez de Lecea, “El Gorrión y los brotes verdes de Rajoy”. No lo hago para disentir, sino para complementar, pues seria vano y petulante lo contrario.

Efectivamente el Presidente bajo el influjo de los augures ha matado una oca y ha leído en sus entrañas, especialmente en el hígado. Muy dado este a predecir la situación de la economía española. El resultado del examen ha sido la manifestación urbi et orbi sobre la gran esperanza blanca que es la economía española para el capital internacional. Atracción que se debe en exclusiva a la acertada y manifiestamente aclamada política económica y social del gobierno popular. De forma matizadamente distinta, pero bajo los mismos disfraces, Monsieur Mas y su electrizante (a veces electrocutado) consejero de economía hacen parecidos resúmenes con ánimo más desvaído y menos romano.

Todo ello a causa, tal como relata Rodríguez de Lecea, que unos inversores habituales del Hola están comprando acciones, empresas y viviendas.

¿Es eso malo, se preguntaran ustedes? De ninguna manera si su intención es quedarse y no simplemente pasar la tarde mientras los precios pagados se incrementan y puedan venderse con substanciosas ganancias. En ese caso, esos capitales, esas presuntas inversiones no hacen más que provocar hinchazones en una economía ya harta de ellas.

¿Y si se quedan, será entonces bueno, no? Pues depende. Entre una inversión de nueva planta: es decir que crea nueva base productiva y otra que simplemente compra, la cosa no tiene color. En el primer caso obtendremos nueva ocupación, generará compras de equipo, creará redes de comercialización, aportará tecnología o en el súmmum de lo óptimo la creará. En el segundo es un simple cambio de cromos entre coleccionistas. Unos sueltan la mosca y otros se la llevan. La pregunta es ¿A dónde?

No parece pues que la alegría manifestada por el gobierno y el entorno sea muy sólida. Bill Gates no ha manifestado su estrategia empresarial comprando lo que ha comprado: una parte de una constructora. Los chinos tampoco han dicho para que quieren diez millones de hectáreas construidas o para construir.

De momento, la información disponible es que entran inversiones que son simplemente primeros movimientos de peones. Tampoco negaré que eso no sea coyunturalmente positivo, pero si afirmaré que nadie sabe lo que significa en realidad.

En otros momentos esas inversiones “in crisis” o “post crisis”, aprovechando saldos o intentos de huída de escaldados ricos, han servido para substituir fábricas por centros de distribución. Un cambio que no vale mucho la pena. Por lo que alerto a las ocas y a sus creyentes que maticen esas celebradas lecturas y hagan algo más que vocear indigencias.

Lo siguiente en orden de importancia es, sin lugar a dudas, el caso de Mondragón/Fagor. Un ejemplo del coste de la expansión empresarial mal calculada y de la ambición y del dinero que destruyen la conciencia cooperativa y terminan cargándoselo todo. Ejemplos hailos a montones. En Catalunya esas ambiciones han destruido mutuas y cooperativas de prestigio y rentables. Aunque ninguna de la dimensión de Mondragón/Fagor, todo hay que decirlo. Un ejemplo preclaro de economía social y de encaje territorial parece que no lo era tanto una vez se ha sabido las circunstancias y la planificación abyecta del desastre. Dicen que los ejecutivos actuales, formados, ya saben, en las escuelas de negocios se la han pegado. Es un decir, puesto que los sacrificados serán trabajadores y cooperativistas. Además de un proyecto al que no le sabíamos debilidades.

A mi entender, el mundo del cooperativismo, de la empresa social, etc. haría bien en tomar nota y fijarse que la facturación incrementalista, la expansión a mercados desconocidos y el ansia por ser el amo conllevan riesgos notables y desgracias sin cuento. No está mal un modelo de negocio basado en la fidelidad a los principios y en la prudencia. Y si puede ser, lejos de la línea blanca.

Les advierto que en la situación en que me hallo me fijo en cosas sorprendentes. Por ejemplo en los Castells i los castellers, cosa que no había hecho hasta hoy día. Y de resultas de mi observación aventuro que el éxito popular de esas precarias construcciones está a punto de venirse abajo y no por el peso del anxeneta, sino por la necesidad de financiación y lo que esto va a conllevar. Castellers patrocinados primero, con fajas y alpargatas de colores ciclistas. Después managers y asesores de imagen, para terminar con gerentes y balance de situación. No es broma, ya lo verán ustedes. Las plazas de los pueblos animando a una colla vestida de Gallina Blanca.


En otro orden de cosas voy a relatarles un cuento sobre cartografía y geología. Asuntos de gran interés mundano de los que estoy seguro son fieles seguidores. Sus autores son los gobernantes de uno u otro lado, tal como vamos a ver:

1.   Antes del 2005, existía en Catalunya el denominado “Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC)”, en donde convivían la cartografía y la geología, aparentemente en buena armonía. Todo ello bajo el mando atemporal de don Jaume Miranda. Factor este a tener en cuenta en el presente cuento.

2.   En el 2005, a instancias del Gobierno y aprobado por el Parlament se crea con la Ley 19/2005 el Institut Geològic de Catalunya, con personalidad jurídica propia y plena capacidad de obrar para ejercer sus funciones, separadas del ICC antes citado. Este, el ICC, se mantiene bajo la dirección de don Jaume Miranda. Les adjunto los motivos substanciales que llevaron al gobierno de entonces y al Parlament a esta decisión que no tengo capacidad de discutir: “…Así, pues, se consolida la geología de Cataluña: en el 1874 el canónigo Jaume Almera inició tareas de docencia e investigación en esta materia y, en 1884, la Diputación de Barcelona le encomendó la realización de un mapa geológico de los alrededores de Barcelona. En 1916, la Mancomunidad de Cataluña creó el Servicio Geológico de Cataluña (SGC) con la misión de continuar los trabajos geológicos en toda Cataluña. El Servicio pervivió hasta el 1925, en que fue suprimido juntamente con la Mancomunidad. Después de la proclamación de la República y la aprobación del Estatuto hubo intentos de crear un instituto geológico de Cataluña, pero quedaron frustrados por la guerra civil y la dictadura…”   Por lo que parece, esa introducción histórica bien merece la creación del organismo. Ahora bien, pocos años después en el 2013:

3.   El gobierno actual envía al Parlament una ley por la que se unen el Institut Geològic i el ICC, obviamente con don  Jaume Miranda dirigiendo los destinos de las entidades fusionadas. Todos esperan que la armonía primigenia se haga presente.

Es decir, unos divorciados se vuelven a casar posteriormente. No se sabe si por intereses o por amor. Todo en bien de la Cartografía y la Geología y los preclaros servicios al ciudadano. Yo, sin ningún conocimiento geológico más que las caídas y tropezones habituales en la excursión y sin saber a ciencia cierta, si la cartografía y los maremotos tiene relaciones incestuosas, me pregunto: ¿Y todo eso, tan grouchiano, para qué?

Parece ser que para ahorrar, entre cinco y diez personas se irán a la calle si don Jaume Miranda (que a todas luces parece ser que es quien corta el bacalao) no lo remedia.


Lluís Casas, esperando ir al oculista así que se lo permitan las lumbares para comprobar que no tiene ninguna enfermedad interpretativa en la vista.




Radio Parapanda.-   CON SALVADOR MILÀ AL PARLAMENTO EUROPEO