jueves, 28 de julio de 2011

CADA VEZ MÁS CERCA DEL CAOS



Hoy, jueves 28 de Julio del 2011, estoy a 24 horas de empezar las vacaciones estivales, cosa en la que coincido con la mayoría de los ciudadanos que podemos otorgarnos ese lujo en estos tiempos malogrados. Lujo incluso en el caso de permanecer en suelo patrio y buscar aquello que los clásicos aconsejaban con gran racionalidad sobre el descanso: abúrranse ustedes, dejando pasar el tiempo y el espacio sin hacerles ni caso. Lean, coman, beban y hagan el resto de sus necesidades bajo la sombra de una morera. Es bueno, bonito y mucho más barato. No hay sorpresas, ni retrasos, tendrán pocos disgustos y el regreso será igual. Ahora bien, sean conscientes de ese tipo de vacación y no pretendan compararse con esos amigos que estarán en Egipto.


Esta apacible entradilla contrasta con el momento económico del mundo mundial, cuando en los USA se está rozando la suspensión de pagos del Estado y por ende el cataclismo financiero mundial. El día D es dentro de cuatro jornadas, el 2 de Agosto. Ese día, que puede quedar marcado en la memoria del mundo entero, el gobierno de Barack Obama puede tener que enfrentar la crisis más dura de la historia de su país y del resto de los mortales, con excepción de la catástrofe nuclear que nunca ocurrió.


Acostumbrados como estamos a no esperar lo peor, recuerden simplemente que la guerra fría nunca pasó a caliente; estamos pendientes de lo que parece lógicamente inevitable, un acuerdo entre demócratas y republicanos para permitir que los USA sigan funcionando y no se colapse la economía mundial. Eso que parece racional y prudente no tiene por que pasar. De hecho, en estos momentos, estamos más cerca del no acuerdo, sea lo que sea lo que signifique, que del suspiro de alivio.


El Presidente Obama, al que no voy a criticar en estas horas tan duras, aunque se lo merezca, no ha conseguido arrancar de los republicanos moderados los votos necesarios para ampliar la capacidad de deuda del gobierno y, por lo tanto, poder generar los créditos que vencen ese día próximo. El Presidente ha cedido en cosas fundamentales, y finalmente el acuerdo debe cerrase en torno a una fuerte reducción del gasto público, ya saben que eso significa menos inversión y menos gasto social, juntamente con un incremento moderado de la presión fiscal sobre las rentas altas (exoneradas durante años de una parte substancial del esfuerzo que debían hacer por el país).


Así está la cosa: unos han cedido mucho y otros exigen, simplemente, el harakiri político y también económico. En las circunstancias actuales, un parón mayúsculo del gasto público significará triturar el pequeño crecimiento económico y aumentar brutalmente el paro.


Detrás de una actitud que nadie antes había tenido hasta ahora, la inflexibilidad republicana, hay probablemente el deseo profundo de un crack inmenso para poner la democracia patas arriba. Los ultras del Tea Party, imposibilitados de armar, en el más simple sentido de la palabra, una alternativa nacional sobre la base del cuasi fascismo, empujan al suicidio colectivo; igual que su franquicia española, sin ir más lejos.


Faltos, como están, de ser una mayoría suficiente para enfrentar con éxito unas elecciones, recurren al método de tensar la cuerda en la creencia que así se ahogará el Presidente, su partido y el ala moderada (y, no lo olvidemos, mayoritaria) de los republicamos.


Eso es simplemente hacer política sobre el mito y la mentira. Los mitos en torno al izquierdismo gubernamental, las mentiras en torno al funcionamiento ejemplar de una economía exclusivamente privada. El Tea Party y lo que te rondaré morena, forman el núcleo de lo que en su día fueron los emergentes movimientos fascistas en Europa, subidos a lomos de mitos y mentiras que la población en una buena parte aceptó y engulló.


Veamos, pues, en estado de alerta si estas próximas vacaciones no deban interrumpirse.


No crean que lo sucedido y lo que continúa sucediendo en Europa en torno al no resuelto problema de la deuda esté alejado de lo que sucede en los USA. Simplemente allí las cosas están tan claras y tienen un día señalado que no hay posibilidades de engaño, excepto quien quiera auto engañarse.


En Europa sigue el conflicto entre quienes supeditan todo al garbancero tacticismo electoral, ideológico. Que es más de lo mismo, aunque con formas (aproximadamente) distintas, a lo que ocurre en Washington.


Lluís Casas, dudando en si hacer la maleta o no. En cualquier caso y si el ADSL funciona en el Balneario de Parapanda tendrán cumplida crónica de la tramontana y de los fuegos agosteños.

martes, 26 de julio de 2011

CON VIOLENCIA, A LA PUTA CALLE



Hoy como ciudadano y como demócrata me he sentido profundamente avergonzado al contemplar en los noticiarios la intervención policial contra los vecinos del Clot de Barcelona que intentaban impedir un desahucio de una familia. Eso nunca se hubiera dado en Parapanda.


Ese asunto que agita las conciencias lleva ya demasiado tiempo dando vueltas por parlamentos, medios de comunicación y tertulias radiofónicas. Mientras tanto son miles las familias que se han visto expulsadas a vivir en la calle. Los motivos han sido en general los impagos de las hipotecas y en otros casos el del alquiler. El debate sobre la dación (la entrega del piso a la entidad bancaria para eliminar la deuda, sin cargos posteriores) está en todas partes sin que los gobiernos se atrevan a dar el paso. El problema afecta a un derecho constitucional: el derecho a una vivienda digna, que no sólo se incumple, sino que queda supeditado a los contratos por hipoteca o de alquiler, todo a cambio de la protección de la propiedad, sea cual sea el trato que ésta da al incumplidor.


La vergüenza frente a la insensibilidad de un aparte de la política, de la judicatura, de la policía hacia este problema profundo se ha visto enormemente acrecentada viendo un asalto al más puro estilo medieval (o de abordaje de los bucaneros) de la policía de Catalunya, un cuerpo creado durante la democracia y que se pretende fundamentalmente democrático y cercano al ciudadano. Pues bien, ayer, esos duros policías democráticos la emprendieron a golpes contra los vecinos del Clot que intentaban evitar que una familia instalada desde hacía muchos años en el barrio fuera expulsada de su vivienda, padre, madre e hijos a la calle. Mediante escaleras de asalto entraron en la vivienda por el balcón, desalojaron a la familia con los modos que ya pueden imaginar y destrozaron algunas cabezas de paso. Eran y son, la brigada anti disturbios. Brigada que nunca se ha visto en acción contra los Millet y su inmensa compañía.


La imagen de la policía al servicio del poder es cosa sabida, pero durante años se pensó que podría matizarse esa vinculación y hacer una policía más sensible en lo social y más ecuánime en su acción. La violencia policial solo es preciso utilizarla como último recurso y en casos especialmente críticos.

La llegada de la derecha nacionalista y su pacto con la derecha española anticatalana ha hecho aflorar los peores augurios policiales, después del esfuerzo de control realizado por los gobiernos de izquierda. Hoy la policía está desatada de todo tipo de control y su actuación en Catalunya se parece, en no pocas ocasiones, cada vez más a lo peor de la policía franquista.


Sólo cabe recordar que el ministro de la policía catalán se ha fotografiado plenamente satisfecho de si mismo con un bate de béisbol en la mano, bate que no está destinado al juego sino a la represión.


Tal vez el desequilibrio político actual en Catalunya, con casi todo el poder a la derecha, impida recomponer esas actitudes apabullantemente violentas en contra de la gente modesta que sufre la peor crisis desde hace décadas. Aunque eso sea así, como ciudadanos, como humanos, como demócratas debiéramos impedir que ese asalto, cual señores del acero, se repita y que la solución a impagos de vivienda se encauce por las vías civiles y equilibradas.


Dar solución a ese problema no es más costoso que enfrentarse en la calle con porras, escaleras, botes de humo y atenciones sanitarias de urgencia. El “sistema” no se verá afectado por ello, ni siquiera los bancos acreedores creen que quedarse la vivienda y continuar cobrando la hipoteca es un mecanismo racional para ellos, al margen de lo injusto del planteamiento legal.


¿Porqué, pues, esa dura resistencia en dar salida a un conflicto social que hace un profundo daño a la credibilidad de la democracia? Tal vez sea porque ese interés de la democracia mutilada sólo es supuesto y no efectivo.



Lluís Casas soñando milagros

MISCELÁNEA DE RECORTES



El título de este artículo es suficientemente ambiguo para meter en el mismo texto las reivindicaciones populares respecto al gasto público y también para comentar dos o tres cosas que circulan por ahí y dicen mucho, pero que mucho, sobre la capacidad de algunos políticos y algunos partidos para conectar con la realidad o al menos para entender que puede haber distintos futuros y no uno solo para la sociedad catalana, española y europea. Veamos, pues.


El asunto más importante se dirime hoy, al menos eso esperamos los optimistas, en el encuentro de este patio de vecinos europeo para conseguir de una vez por todas una política racional y conjunta frente a la crisis financiera en casa del euro. Lo que ocurra hoy lo sabrán antes de leer estas líneas. Por ello, el que suscribe corre un riesgo más que cierto sobre lo que escriba. Para evitarlo, les recomiendo que si no han leído el día de hoy, 21 de Julio, los artículos de El País sobre el acontecimiento de hoy, lo hagan con efectos retroactivos. Salen bien pintados los protagonistas de esa serie esperpéntica que hemos vivido, de momento, hasta hoy: enseñando incapacidades y alardeando de tacticismo frente al abismo europeo. El límite lo ponen los intereses nacionales y los calendarios electorales, así como, tal como nos decía el profesor de música, las entendederas que uno debe ponerse cuando toca.


Otrosí. Don Francisco Camps, Paco para los del PP. Por fin dimitido, no sin antes necesitar de una crisis espiritual conforme a sus creencias opusdeisticas. El hombre ha necesitado de la influencia divina para entender lo que cualquier colegial sabía, que nadie lo quería por mentiroso, corrupto, indeciso y otras lindezas libres que cada uno puede añadir. Un asunto tan evidente, en otros países el pájaro hubiera durado 24 horas, no por la corrupción, sino por las mentiras más que evidentes, ha tardado casi tres años en concretarse políticamente. Mientras tanto un personaje de esperpento ha seguido ganando elecciones por mayoría absoluta y alegando que eso es un argumento para no ser enjuiciado. Como en los mejores tiempos del Berlín años treinta, o, mejor, del franquismo del que provienen esos mimbres.


Finalmente todo acaba como una telenovela, sacrificio, familia y Viva España y la Comunidad Valenciana. Necesitamos a otro valenciano, Berlanga, para filmar esa cosa. La desgracia es que ya no existe en este mundo parapléjico (con perdón).


Lo siguiente es el reflejo que tiene el mes de Julio en tanto que es el gran mes de las fiestas patronales. Si media España está de fiesta, bailes, petardos, correbous y otras muestras de la cultura más profunda, la otra media (la que sigue en los parlamentos) se ha montado un asunto parecido con los presupuestos (2011) en Catalunya, con las deudas o no en muchas otras comunidades y en el Congreso en torno a la corbata del ministro de industria y las maniobras sin adjetivo contra la propuesta popular de la dación como final del asesinato financiero de las hipotecas impagadas.


Vayamos por otras partes. Por fin el gobierno, esa coalescencia de la derecha nacional en Catalunya va a tener presupuesto para gastar (o no) en este año en curso. CIU como gobierno en minoría se ha apoyado con la estrella ascendente del PP para hacerse con casi todo el poder político en Catalunya y para aprobar los presupuestos del gran recorte. De hecho, el que escribe, les advirtió en su día que el recorte estaba hecho mediante la simple prórroga presupuestaria y la voluntad de no gastar en nada que se pudiera evitar, inversiones y gasto social. Así ha sido, el ajuste está hecho en el momento de la aprobación formal del presupuesto. Le acompaña, con un cierto retraso temporal la ley “ómnibus”, que después terminará en tres o cuatro en donde la derecha, junto al PP y al despiste de una parte de la izquierda tirará por la borda una parte importante de lo construido por los dos gobiernos de izquierda anteriores. Todo un festival veraniego que terminará con un otoño más bien caliente.


Al mismo tiempo que en el Parlament de Catalunya salían unos presupuestos contra natura (contra natura social, pro natura neoliberal) que producirán más paro y ralentizaran la hipotética recuperación, los llamados 15M se manifestaban por la ciudad, alejados, esta vez sí, de un Parlamento en el que la voz de los ciudadanos de a pie está más que restringida. En ese ámbito, el gran diputado de ICV-EUIA
Salvador Milà espetó ayer a la minoría gobernante que si se llaman amigos de los empresarios y por ello reducen, eliminan y marginan la legislación pertinente para crear o aumentar los negocios, eso también podría hacerse con el común de los mortales no empresarios en torno a los trámites que el ciudadano se ve obligado a realizar en sus gestiones de carácter social, por ejemplo vivienda, ayudas a la dependencia y un largo etcétera que serviría para mejorar vidas y haciendas no empresariales. La respuesta, si no la saben la pueden imaginar, risitas en los escaños.


Y, terminando, dado que para cuatro días que vivimos y hoy es jueves no desperdiciemos la cuarta dimensión.


En el congreso de los diputados se ha vivido un largo proceso plagado de impedimentos y mal hacer parlamentario en torno a la propuesta de dación sobre las hipotecas no pagadas. Les evito la explicación técnica que está en todas partes estos días. Simplemente quiero resaltar que en el ámbito parlamentario los trapicheos del PSOE, PP y CIU han impedido que se debata una propuesta llegada del mundo social, sindicatos, asociaciones de vecinos, etc. y apoyada por la izquierda minoritaria. No quieren hablar de ello en público. No aceptan las propuestas de una parte de la ciudadanía.


No es de extrañar que esa vertiente maniobrera y oscurantista de esta democracia empiece a ser llamada democracia mutilada.


Lluís Casas en plan de vigía veraniego






jueves, 21 de julio de 2011

ESA PESTE DE LOS MONOPOLIOS



No es de extrañar que un país tan habituado al juego del Monopoly, como es el nuestro, no tenga política alguna en referencia a ese sector del poder económico y por ende político que encabeza el artículo. Si pensamos por un momento en el submundo inmobiliario, un sector esencial para la conformación de la españolidad, comprobaremos que el enorme negocio que ha durado décadas se ha basado siempre en el monopolio del suelo, tal vez no como propietario, pero si como financiero y recalificador. Por eso ni nos damos cuenta en dónde y cómo vivimos y, en definitiva, de lo que se juega.


Si el poder de la prensa viene de la propiedad y en cierto modo del éxito en las ventas, la empresa monopolista vive de ingresos atípicos propios de su influencia en parlamentos o en cualquier centro administrativo que tenga competencias y capacidad para generar subvenciones o normas favorables a quienes hábilmente manejan los pasillos y, obviamente, del férreo control sobre hipotéticos competidores. El monopolio no es otra cosa que la otra cara de la moneda del fracaso de la democracia en el mundo de los negocios. El monopolio tiene “amigos”, nunca competidores.


Entiéndanme ustedes, el término monopolio lo utilizo como instrumento descriptivo genérico, incluyendo oligopolios y todos los polios habidos y por haber.


De hecho, estamos rodeados de monopolios. Si excluimos el ámbito familiar y político, en donde una sóla madre y un sólo gobierno parecen ser cosas adecuadas y correctas, en el resto el monopolio es la norma efectiva o deseada para los empresarios, al margen de su bondad o no para el género humano. La carencia de competencia o los acuerdos para limitarla han formado parte de los primeros inventos empresariales que ha tenido la humanidad. Y así ha seguido la cosa.


Dicen que en la Roma imperial o republicana uno podía hacerse senador y, tal vez, cónsul si conseguía monopolizar el suministro de las frutas y las verduras. Hoy el asunto es más complejo, puesto que el orbe ha crecido y se ha hecho global y el “seft made man” solo aparece en contadas ocasiones como en Zara o en Windows y, al manos en el segundo de los casos, el “selft made man” termina siendo un monopolista de tomo y lomo. Y no es el único, como ya sabemos.


Si el asunto se mueve en el ámbito de las frutas y las verduras puede no ser muy grave, pero si pensamos en farmacia, banca, vivienda, comunicaciones, energía, tecnología y un largísimo etcétera, la fuerza del monopolio va ganado protagonismo y hegemonía para convertirse en una forma de gobierno paralelo.


Hoy el asunto, ya está dicho, se halla en los ejes tecnológicos y financieros del sistema. Incluye grandes beneficios económicos y grandes beneficios políticos e ideológicos. Ese es también un mercado monopolista, el de la ideología, basado en el control de la información.


Viendo estos días el caso de R. Murdoch, un cacique global de la información y de los media, uno se da cuenta de la debilidad democrática frente al poder del monopolio. Ese hombre y sus adláteres controlan un porcentaje muy importante de la información mundial y el algunos países su fuerza es indescriptible. El límite lo ha puesto, claro está, él mismo, al aparecer como un gangster en la utilización de los medios de investigación y la prensa seria que se ha resarcido de muchos años de humillación.
Pero, ¿porque antes no se hizo nada?



Resulta difícil imaginar que la democracia tolere ese control privado de la prensa y la comunicación, aunque teniendo casos domésticos de ambición hegemónica, el asunto parece natural. Ahí está (como ejemplos menores) el Sr. Cuní y la Sra. Rahola a quienes nadie pude hacer crítica alguna sin que aparezcan el GULAG y los perros de Riga sobre el desgraciado crítico. Si esto es así con periodistas individuales (que viven de un negocio, no lo olvidemos) ¿como no ha de ser para un empresario cuya ambición no es solo profesional o personal, sino económica y política?


Sin ir más lejos, ahí está esa foto de nuestro Zapatero cómodamente sentado entre banqueros viendo pasar la crisis por la puerta de Alcalá. Ahí se demostró que el poder político era un pelele en manos de la oligarquía bancaria. Y todo lo demás eran zarandajas o ideologías de usar y tirar, lo que nuestro filósofo parapandés, Juan de Dios Calero, denomina ideologías-cleenex.


Sorprendentemente en los parlamentos no hay muchos ejemplares vivos de oligarcas, como si hubo tiempo atrás. Tal vez por falta de tiempo o de escasa retribución, pero ellos prefieren los elegantes salones, hoteles y restaurantes para sus parlamentos y votaciones. En todo caso, lo más parecido a la democracia en el mundo de la gran empresa se produce una vez al año al presentar el balance y la cuenta de resultados a la asamblea de accionistas. Grupo fácilmente manipulable en cuanto se parece al conjunto de socios del Barça, en el caso que estos fuesen pequeños propietarios del club y solo mirasen el bolsillo y no el corazón. Con unas acciones o una expectativa de reparto de beneficios, la mayoría calla y otorga.


¿Por qué esa debilidad democrática frente a los monopolios si existen ejemplos de leyes y regulaciones en muchos ámbitos? ¿Qué beneficio se obtiene de aceptar acríticamente una situación de infracción democrática? ¿Es que por la existencia de los monopolios tenemos más alegría de vivir o un mejor servicio telefónico?¿Estamos más a gusto en un banco global que en una caja doméstica?


Hemos vivido incluso, el paso del monopolio público al monopolio privado, así de golpe y aplaudiendo. Lo hecho con las comunicaciones, con la energía y con otras empresas básicas podría considerarse un suicidio democrático. Pero aquí estamos, parados y coleando.


Ahora que algunos están mirando con enorme ambición a la salud, a la escuela y al centro social, tal vez sea hora de hacernos monopolistas en grupo.




Lluís Casas, ajado de tanto Moodys


lunes, 18 de julio de 2011

GORDON BROWN Y WINSTON CHURCHILL





Siempre he sentido una cierta debilidad por don Gordon Brown, un duro fajador como canciller del Exchequer (ministerio de economía británico) y Prime Minister después, substituyendo al inefable mentiroso de TONY BLAIR, LORD OXIMORON, como le llamamos en Parapanda.


Don Gordon es un escocés con las típicas connotaciones de ahorro de su tierra, un hombre de gran inteligencia y de escasísimas dotes en materia de relaciones públicas. Todo lo contrario del sujeto al que relevó. Mister Brown perdió las elecciones y dejó paso a la derecha confabulada, tal y como era de esperar, a pesar de la excelente reacción racional a la crisis financiera que tuvo el Premier. Tal vez la mejor acertada y veloz en el entorno occidental. Además una respuesta nada vinculable a las orientaciones que posteriormente hemos estado viendo. En fin, un personaje que culminó su carrera política en un cargo que no estaba hecho para él. Como otros muchos, por otro lado.


El ex primer ministro británico ha recuperado protagonismo estos días por dos motivos supuestamente inconsecuentes entre ellos. El primero y principal haber sido objeto de espionaje mediático del tabloide británico Dayley News, con seguimientos sobre el mismo, su familia y sus cuentas bancarias. Un motivo para seguir pensando con John Le Carre que el MI 5 ya no es lo que fue. El otro motivo es el espléndido artículo que publica El País este día, 13 de julio, a propósito de la actitud de los políticos europeos al mando frente a la crisis y sobre las propuestas que don Gordon hizo en su momento.


Es evidente que el análisis de la élite política europea que don Gordon hace está basado en el perfecto conocimiento personal de los hechos y las personas. Tan es así, que el hombre califica a ese conjunto de incapaces a través de una cita perfecta del gran don Winston (Churchill para los amigos) cuando enjuiciaba a sus políticos contemporáneos con el comentario, que suscribo, que sigue:


“Decididos a ser indecisos, inflexibles en su deriva, sólidos en su fluidez y omnipotentes en su impotencia”


Nadie podría pintar mejor y más duramente a ese colectivo de nimiedades europeas que Churchill, premio Nobel de literatura del 1953 y hombre de gran capacidad para decir lo que pensaba de quien fuera. Churchill habla de sus contemporáneos que fabricaron una política blanda, cobarde, ignorante de la cruda realidad que aparecía en Europa, el fascismo y el nazismo. A Hitler se le entregó Austria, después España, posteriormente Checoslovaquia y solo la impaciencia del cabo impidió que fueran más allá. La estrategia de ignorar el peligro y ceder permanentemente no sirvió para el propio objetivo, evitar el conflicto.


Ciertamente, hoy las cosas no son, afortunadamente, del mismo tipo. Europa no se enfrenta a una lucha por la hegemonía territorial, económica o política entre los países con las armas y los holocaustos. Pero si se trata de calificar la crisis, no es esta más menuda que aquella, solo que las armas están en el sistema (¿) financiero y no en los depósitos militares. El daño que produce este tipo de conflicto tampoco es el mismo, aunque es también doloroso y peligroso. Por ello, la cita describe también perfectamente a esta generación europea de menudencias políticas que nunca podrán encontrar camino colectivo alguno.


Para que jueguen con nombres y trayectorias les describo quienes han estado al mando europeo:


- Walter Hallstein Conservador alemán 1958-1967
- Jean Rey Liberal belga 1967-1970
- Franco Maria Malfatti Conservador italiano 1970-1972
- Sicco L. Mansholt Socialista holandés 1972-1973
- François-Xavier Ortoli Conservador francés 1973-1977
- Roy Jenkins Jenkins Socialista británico 1977-1981
- Gaston Edmont Thorn Liberal luxemburgués 1981-1985
- Jacques Delors Socialista francés I. 1985-1995
- Jacques Santer Conservador luxemburgués 1995-1999
- Manuel Marín Socialista español 1999 (ad interim)
- Romano Prodi Socialista italiano 1999-2004
- José Manuel Durão Barroso Conservador portugués I. 2004-2014


A su lado han de poner los nombres de los que desde el mando estatal los acompañaron: De Gaulle, Pompidou, Mitterrand, de Gasperi, Moro, Prodi, Adenauer, Erhard, Brandt, Schmidt, Kohl. Entre muchos otros.


La lista da un poco de envidia generacional, ¿no creen?



Lluís Casas, fumando y esperando

miércoles, 13 de julio de 2011

EUROPA, ESA CASA DE CITAS



Lo que escribo a continuación no es un ataque de paranoia, sino un fiel reflejo de lo que hay detrás de la realidad más inmediata. 0, bien, una forma de mirar basada en lentes de aumento y mecanismos de desbroce.

Si hace unos días les comentaba la catastrófica estrategia de las entidades de acreditación respecto a la deuda, hoy el asunto se ha encarecido mucho y ha hecho un salto cualitativo que podía parecer impensable hace 24 horas.

Si hace pocos días era Grecia la que fue situada contra el paredón de la credibilidad financiera y así sigue, esperando el tiro de gracia o la conmutación de la pena, ahora lo están de golpe dos países de primera división, Italia y España. Poca broma con el asunto. Si Grecia resultó un objetivo fallido para la gran maniobra, todo y que ha quedado muy mal herido, se da por hecho que hay que apuntar más alto.

Los periódicos van llenos de esas malas noticias, del desbordado coste financiero para la renovación de créditos, la dichosa prima de riesgo para los dos grandes paÍses latinos, y lo que es más importante: la insulsa incapacidad política de la UE, el conjunto formado por los grandes países y las estructuras de gobierno conjunto con sede en Bruselas. Ni en situación de máxima crisis esos señores y señoras son capaces de gobernar. ¡Como me recuerdan a los débiles gobiernos de las democracias de los años precedentes a la segunda guerra mundial!

Voy a explicarles una interpretación de la crisis en clave novela negra: esa interpretación no es cierta, aunque se acerca a uno de los lados de la verdad. Se lo explico así para que comprendan que eso de los mercados, de la prima de riesgo, de la deuda soberana, solo es un léxico que oculta también otras cosas.

Esas cosas se resumen en que la UE y el euro están recibiendo un ataque durísimo que pone en riesgo el modelo de integración europea y su peso en el universo de los poderes. Un objetivo de primera magnitud.

En términos comparativos, el estado de le UE como conjunto (todo que un conjunto desgraciadamente un tanto incompleto, aunque invertebrado) es muchísimo mejor que la situación real de los USA y del dólar. La deuda, el déficit y la situación política norte americana son más complejos que las europeas. En cambio, la presión de los “mercados” la está recibiendo la UE y el euro. Tal vez porque los mercados entienden que la falta más que evidente de capacidad de gobierno europeo en asuntos importantes es tan grande que la UE y el euro se convierten en un adversario débil al que pueden sacarle los cuartos con suma facilidad. De eso se trata, de encarecer el crédito europeo y forrarse. Incluso a riesgo de catástrofe.


Entiendo que los mercados han valorado que subir el interés en 4 puntos para Italia y España, es asumible para ambos, aunque los sitúen en el límite de su capacidad. Confían en que los gobiernos y la propia UE tomaran, a pesar de las dificultades de establecer una estrategia coherente, las medidas adecuadas para que los pagos a ese nivel de interés se efectúen y no haya un cierre de caja,. Si no fuera así, estaríamos frente a una especie de homicidio y suicidio a la vez. La UE y los acreedores disparándose mutuamente.


Ese juego de alto riesgo apuesta por una Europa distinta, la que la derecha económica e ideológica desea: hacerse con todo y volver al estado caritativo de antes de los cincuenta, en vez del estado de derechos que todavía tenemos. En esa estrategia, el accidente de la crisis los sorprendió, puesto que dejó claro que ese pensamiento neoliberal y esa acción eran asesinos. La falta de respuesta coherente, al margen de palabras altisonantes que no tuvieron reflejo práctico, hizo ver a esa coalición política y especulativa que era su oportunidad histórica. La comprobación más evidente es la actitud de los republicanos norte americanos que sitúan al gobierno de Obama (otro objetivo) frente al impago en agosto. Nunca había pasado, pero ahora si. Ahora todo vale.


En Europa, el proyecto europeo, en América la apuesta de Obama. Esos son los objetivos y mientras tanto recaudamos en base a tipos de interés excesivos y que ponen al límite la economía mundial. Juegos que nos recuerdan el film de Stanley Kubrick, Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, aquí en Hispania llamada: Teléfono rojo, volamos hacia Moscú. La transformación de la guerra fría en caliente y atómica por causa de la más simple locura.


Tal vez les parezca exagerado, pero en ese caso les emplazo a que explíquen una teoría alternativa.



Lluis Casas, en el laboratorio de ideas de un psiquiátrico, único lugar cuerdo en la tierra.

martes, 12 de julio de 2011

¿A QUÉ JUEGAN LAS AGENCIAS DE CALIFICACIÓN ...

... DE DEUDA O, LO QUE ES LO MISMO, A QUE JUEGAN LAS AUTORIDADES ECONOMICAS ESTATALES E INTERNACIONALES?


Este largo título (para un corto artículo) tiene significado propio, casi no parece necesario continuar con lo que sigue, pero por si existe algún lector desorientado en estas cosas incomprensibles de las finanzas internacionales les apunto una cosilla o dos.


Ya hace muchos meses que se lazan voces más que autorizadas (y otras como la del promotor del blog Metiendo bulla y la mía propia) en contra del monopolio de las tres grandes agencias que califican la deuda de los estados, de las administraciones, de las empresas, de los bancos y de los bonos basura. Ello ha sido debido a la interesada y estrafalaria metodología para establecer en qué nivel el acusado está capacitado para devolver la deuda que tiene o la que necesita subscribir. El asunto funciona, en apariencia, como una especie de seguro para los inversores en deuda respecto a la fiabilidad del solicitante de crédito.


Con la crisis, desde el 2007, las agencias, todas anglosajonas, han aparecido como causantes de múltiples estupros financieros utilizando la calificación para hacer negocio, directamente o a través de terceros. Así han recibido encargos, emolumentos y comisiones cósmicas por hacer su trabajo al gusto del que quiere colocar deuda o del que quiere especular contra una moneda. Estos sujetos, los especuladores son en realidad cuatro y el cabo, un oligopolio muy determinado de agentes de inversión especulativa. Los mercados, en términos que calificaría de muy poco aproximado a la realidad.
La cosa es fantástica porque funciona en ambos sentidos circulatorios, se puede favorecer al presunto acreedor, hinchando la duda racional sobre la capacidad de pago del deudor, o al revés, se puede hacer buenos negocios tirando hacia arriba, mejorando, la calificación de la deuda. Incluso es posible que alguien haya hecho el negocio a la vez y en los dos sentidos.


El asunto es harto conocido, así como la inacción de los bancos centrales, los estados democráticos mayores de edad, las instituciones económicas internacionales y finalmente los jueces inactivos por falta de denuncia. Los cuatro largos años de la crisis han dado unos beneficios “impropios”, tanto a las agencias, como a sus aprovechados amigos que harían sudar a Creso de nerviosismo y envidia.


Lo último, de ayer mismo, da la prueba, si ello hiciera falta, de la real actividad de esas agencias. Portugal, como antes Grecia, está sufriendo ataques financieros para encarecer los créditos que debe renovar. Eso que los estultos periodistas llaman la prima de riesgo, sin atender al más leve significado del término.


Portugal está pagando más de un 12% más caro sus créditos que Alemania, estando como están ambas en un sistema monetario único, en el que el interés está en torno al 2%. Ese diferencial se les paga a los “inversores” especuladores en razón a que las agencias de calificación establecen que Portugal no está en condiciones de devolver lo que le prestan.


Ahí, como verán, hay una trampa lógica que da muchísimo dinero de los ciudadanos a los especuladores en asociación con las agencias. Si Portugal no puede pagar, la prima de riesgo, el plus de interés, no tiene sentido, por muy alto que sea. Si no pagan, no cobras, por mucho que hayas subido los intereses. La prima de riesgo salta por los aires. En realidad lo que ocurre es que Portugal sí que pagará (ayudado por la UE), en condiciones cada vez más duras para sus ciudadanos y aunque ese pago se habrá encarecido mucho. De esta manera la prima de riesgo es simplemente el cobro de un chantaje y a la vez una opción real de quiebra para la pobre víctima, puesto que encarece sus costes financieros y la obliga a apretar más las clavijas a la población y a su economía, con lo que se genera más recesión. Todo un éxito.


Eso son, hoy, las agencias, para eso sirven, para expoliar a gobiernos, ciudadanos e instituciones públicas internacionales.


Ahora, desde Europa se vuelven a oír voces para el establecimiento de agencias públicas y europeas, independientes de los beneficios de la manipulación (o de los posibles errores de calificación como dicen esos agentes) que genera el actual triopolio. En realidad cuando han tenido que declarar argumentan que ellos sólo hacen recomendaciones técnicas, sujetas, claro está, al error humano involuntario. Ellos no obligan a nadie. Vean si no, Inside Job. Lo dicen en vivo y en directo al Congreso de los USA.

Ya verán como en un par de semanas se les vuelve a olvidar. Aunque espero que ahora no.



Lluis Casas, hasta el moño de hacer el primo con el riesgo





martes, 5 de julio de 2011

LOS GRANUJAS DE LA MERCADOCRACIA



(BANCOCRACIA, JETOCRACIA, IGNORANCIACRACIA, ESPECULACRACIA)


Si los lectores me lo permiten me tomo la licencia de afirmar que el tiempo de la queja y del lamento ya ha pasado y que lentamente se va imponiendo la reflexión, la acción y, tal vez, la organización. Pasado el veraneo y con el otoño caliente en perspectiva vamos a asistir a múltiples acontecimientos de todo orden que nos van a cambiar. En que sentido lo harán, lo dejo para la comprobación posterior, sin atreverme a adelantar nada. Pienso que todo está abierto, incluso un empeoramiento de la crisis o una recaída selectiva, si ustedes quieren.


Esa rotundidad viene dada por la dura definición política y económica que se ha impuesto al pueblo griego. Un camino que apunta al que otros deberán recorrer, con mayor o menor dureza, pero siempre con costes mal repartidos y beneficios exclusivos. En una perspectiva temporal a tan largo plazo que exige un sacrificio generacional inasumible en verdadera democracia. Y ello bajo el paradigma del neoliberalismo, causante de la crisis y falto de recetas útiles. Ahora todo está meridianamente claro.


Para no cansarles con el asunto griego y aprovechando la demanda del autor, dejó aquí el enlace con un artículo de Vicente Navarro, rechazado por la prensa habitual, en una clara demostración de lo acertado de su contenido (nos dice Vicenç Navarro: .../... este artículo fue enviado a algunos de los medios de mayor difusión del país, ninguno de los cuales consideró oportuno publicarlo. Agradecería al lector que lo distribuyera lo más ampliamente posible:
https://mail.google.com/mail/?ui=2&ik=9c1542cb22&view=att&th=130f520ab8d1dd92&attid=0.1&disp=safe&zw)


Siguiendo con las citas y por única vez les enlazo con La Vanguardia en la que otro artículo, esta vez de Xavier Antich de nombre “Non Sequitur” nos sitúa en la verdadera significación de las palabras y de los argumentos en la mascarada terminológica de las explicaciones sobre la crisis:
http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20110627/54176808228/non-sequitur.html


Y, ya terminando con este apartado tecnológico de citas, les envío al último Mientras Tanto digital, en donde también quedan claras algunas cosas:
mailto:mientrastanto.e@grups.pangea.org


No se me quejaran ustedes de falta de documentación, ni de actualidad tecnológica. Además, fíjense, todo es de producción nacional, sin aranceles.


El motivo real del cuento así relatado, está por no señalar a nadie en el encabezado del artículo: Mercadocracia (lo siento pero mi griego clásico está peor que mi latín y no he conseguido la traducción de mercado, aunque hasta ahora así se ha citado el concepto allí en donde ha surgido), con unos añadidos clarificatorios ocasionales. Estoy tentado en decirles que en latín hay dos términos para mercado: imperium (comercio) con claras connotaciones políticas y macellum, más propiamente allí donde se compran y venden las verduras.


El término, Mercadocracia, está empezando a usarse en relación a la pérdida de poder real del mundo de la política y de las instituciones democráticas en beneficio de un sector económico que impone estrategias, tácticas y objetivos sin margen para el bienestar colectivo, sin perspectiva de futuro planetario y sin conciencia de humanidad ninguna. Todo a partir del chantaje más burdo sobre la deuda o el crédito.


La Mercadocracia es el gobierno de los mercados…financieros, una especialidad dentro de la tupida red de posibles oligarquías que en el mundo han sido y siguen siendo. La peculiaridad es que esa Mercadocracia se ejerce a través de las estructuras democráticas formales, gobiernos, parlamentos, instituciones internacionales, etc. y siempre sin dar nunca la cara.


Claro está que los mercados financieros a los que aluden seiscientas mil veces en los noticiarios televisivos y en la prensa son una entelequia del mercado verdadero, puesto que se manejan como monopolios de capital mundial, están en pocas manos decisorias (aunque los fondos reales son propiedad muy diversa y extendida) que los utilizan al estilo de nuestras históricas manos muertas (Mientras Tanto), sin efectos reales sobre el bienestar colectivo. Esos mercados manipulan capitales diarios de orden cósmico y en plazos inmediatos. Buscan siempre la oportunidad de beneficio a cortísimo plazo y huyen de las inversiones reales en maquinaria empresarial que exigen una maduración temporal para la que no tienen paciencia. Es, como si dijéramos, que disponemos de un enorme capital disponible para múltiples aplicaciones útiles y lo utilizan realmente para provocar el caos económico. Están en la más pura e inmediata especulación financiera, alimenticia, energética y un etcétera que dejo a la impasible imaginación de los ejecutivos de fondos de inversión.


Eso no terminaba en nombre alguno hasta hoy, ahora ya aparece un sujeto que clarifica la comprensión: Mercadocracia. Todo y todos para los mercados financieros. La vida no vale nada. La economía real tampoco.


Tener un nombre es la primera necesidad de la oposición, ahora hay que ponerle cara.



Lluis Casas, en pleno desvarío