jueves, 28 de julio de 2011

CADA VEZ MÁS CERCA DEL CAOS



Hoy, jueves 28 de Julio del 2011, estoy a 24 horas de empezar las vacaciones estivales, cosa en la que coincido con la mayoría de los ciudadanos que podemos otorgarnos ese lujo en estos tiempos malogrados. Lujo incluso en el caso de permanecer en suelo patrio y buscar aquello que los clásicos aconsejaban con gran racionalidad sobre el descanso: abúrranse ustedes, dejando pasar el tiempo y el espacio sin hacerles ni caso. Lean, coman, beban y hagan el resto de sus necesidades bajo la sombra de una morera. Es bueno, bonito y mucho más barato. No hay sorpresas, ni retrasos, tendrán pocos disgustos y el regreso será igual. Ahora bien, sean conscientes de ese tipo de vacación y no pretendan compararse con esos amigos que estarán en Egipto.


Esta apacible entradilla contrasta con el momento económico del mundo mundial, cuando en los USA se está rozando la suspensión de pagos del Estado y por ende el cataclismo financiero mundial. El día D es dentro de cuatro jornadas, el 2 de Agosto. Ese día, que puede quedar marcado en la memoria del mundo entero, el gobierno de Barack Obama puede tener que enfrentar la crisis más dura de la historia de su país y del resto de los mortales, con excepción de la catástrofe nuclear que nunca ocurrió.


Acostumbrados como estamos a no esperar lo peor, recuerden simplemente que la guerra fría nunca pasó a caliente; estamos pendientes de lo que parece lógicamente inevitable, un acuerdo entre demócratas y republicanos para permitir que los USA sigan funcionando y no se colapse la economía mundial. Eso que parece racional y prudente no tiene por que pasar. De hecho, en estos momentos, estamos más cerca del no acuerdo, sea lo que sea lo que signifique, que del suspiro de alivio.


El Presidente Obama, al que no voy a criticar en estas horas tan duras, aunque se lo merezca, no ha conseguido arrancar de los republicanos moderados los votos necesarios para ampliar la capacidad de deuda del gobierno y, por lo tanto, poder generar los créditos que vencen ese día próximo. El Presidente ha cedido en cosas fundamentales, y finalmente el acuerdo debe cerrase en torno a una fuerte reducción del gasto público, ya saben que eso significa menos inversión y menos gasto social, juntamente con un incremento moderado de la presión fiscal sobre las rentas altas (exoneradas durante años de una parte substancial del esfuerzo que debían hacer por el país).


Así está la cosa: unos han cedido mucho y otros exigen, simplemente, el harakiri político y también económico. En las circunstancias actuales, un parón mayúsculo del gasto público significará triturar el pequeño crecimiento económico y aumentar brutalmente el paro.


Detrás de una actitud que nadie antes había tenido hasta ahora, la inflexibilidad republicana, hay probablemente el deseo profundo de un crack inmenso para poner la democracia patas arriba. Los ultras del Tea Party, imposibilitados de armar, en el más simple sentido de la palabra, una alternativa nacional sobre la base del cuasi fascismo, empujan al suicidio colectivo; igual que su franquicia española, sin ir más lejos.


Faltos, como están, de ser una mayoría suficiente para enfrentar con éxito unas elecciones, recurren al método de tensar la cuerda en la creencia que así se ahogará el Presidente, su partido y el ala moderada (y, no lo olvidemos, mayoritaria) de los republicamos.


Eso es simplemente hacer política sobre el mito y la mentira. Los mitos en torno al izquierdismo gubernamental, las mentiras en torno al funcionamiento ejemplar de una economía exclusivamente privada. El Tea Party y lo que te rondaré morena, forman el núcleo de lo que en su día fueron los emergentes movimientos fascistas en Europa, subidos a lomos de mitos y mentiras que la población en una buena parte aceptó y engulló.


Veamos, pues, en estado de alerta si estas próximas vacaciones no deban interrumpirse.


No crean que lo sucedido y lo que continúa sucediendo en Europa en torno al no resuelto problema de la deuda esté alejado de lo que sucede en los USA. Simplemente allí las cosas están tan claras y tienen un día señalado que no hay posibilidades de engaño, excepto quien quiera auto engañarse.


En Europa sigue el conflicto entre quienes supeditan todo al garbancero tacticismo electoral, ideológico. Que es más de lo mismo, aunque con formas (aproximadamente) distintas, a lo que ocurre en Washington.


Lluís Casas, dudando en si hacer la maleta o no. En cualquier caso y si el ADSL funciona en el Balneario de Parapanda tendrán cumplida crónica de la tramontana y de los fuegos agosteños.