O, como dice un colega, la miseria de la macroeconomía
Me refiero, claro está, a la presunta crisis camaleónica que está complicando la vida a políticos, banqueros, financieros e inversores en todo el mundo: ¡ojo! usted y yo estamos en esa última categoría si disponemos de algún ahorrillo invertido en fondos de cualquier tipo, de pensiones, de inversión, etc.
La pregunta no es en absoluto retórica. Sorprendentemente (dado lo habilidosa que es la ciencia económica hoy en día) nadie sabe exactamente que ocurre ¿Es una crisis pasajera motivada por factores coyunturales como la energía o las materias primas, o tal vez por las hipotecas basura? ¿estamos creciendo menos que el año anterior? (cosa que no debería preocupar excesivamente, ya que puede arreglarse)? ¿o bien nos hallamos a las puertas de una recesión? (crecimiento negativo, eso si es grave. ¿Es un poco de todo ello? ¿Y en qué proporciones?
Las exigencias de los manuales son contradictorias, otra novedad. ¿Qué hacer?: ¿intereses altos o bajos?, ¿preferimos enfriar la economía, por la inflación creciente, o bien necesitamos intereses bajos para impulsarla, afectada como está por la retracción del consumo en algunos países estratégicos? ¿Debemos actuar para congelar la crisis en bolsa inyectando dinero público y haciendo más atractiva la inversión financiera con tipos de interés tirados? ¿Necesitamos programas públicos de inversión? Respecto a los costes, ¿son soportables?, ¿hemos de actuar en relación a los proveedores de materias primas? China y La India (nuevos actores en la economía mundial), ¿qué harán?
En fin, ya ven que hay un lío considerable. Para confirmarlo solo hay que acudir a las palabras de los ministros económicos, que nos dicen que no pasa nada grave y contrastarlas con las noticias de la prensa que asumen que efectivamente la cosa está delicada.
De todo ello me quedo con lo dicho por el conseller Castells: cambio de ciclo, pero sin alarmas excesivas. Unas palabras breves pero de largo recorrido, hacia atrás (aludiendo que a algunos les ha pillado el toro viendo pasar las nubes) y hacia adelante (qué economía debemos impulsar ahora). El final de la frase no se lo tengo en cuenta, un conseller económico, aunque tenga escasísimas posibilidades de influir en la coyuntura, no debe mentar a los bomberos aunque haya fuego. Está en el manual.
Lo más vistoso está pasando en la bolsa. Pero, ojo, siempre ocurre así, por los siglos de los siglos, amen. J.K.Galbraith lo expone en un librito de forma maravillosa: la bolsa está llena de oportunistas nerviosos. Aceptan pagar una monstruosidad por una canallada de producto de bolsa, con la esperanza de que dios exista y esté pensando exclusivamente en ellos. Luego ocurre que las acciones retornan donde deberían, al precio adecuado a sus condiciones de producción, ventas y beneficio. En el camino unos han ganado un montón y otros lo han perdido y, ahí están los de los nervios: venden y venden, pensando que el mundo se acaba y que en esas circunstancias mejor que los coja con unos pocos dólares en el bolsillo. Repasen lo dicho por Galbraith, se lo pasaran bien, aprenderán historia económica y psicología humana.
Retomo lo dicho por nuestro colega Castells. Estamos ante un cambio de ciclo que probablemente tendrán dimensiones considerables y afectará a la economía global y a cada una de sus partes.En primer lugar resituará los mecanismos reguladores financieros para cubrir ese nuevo agujero de los créditos sin garantía y el criminal proceso de derivados. No es nada que los banqueros pidan la nacionalización de la banca en bancarrota, esos liberales cuando les conviene dicen cosas muy gordas sin ninguna vergüenza. Después vendrá la ocasión para un duro pescozón a las entidades de crédito que han dado en esconder sus vergüenzas, dificultando la reacción de los bancos centrales. De hecho hoy día ningún ministro del ramo está seguro de los compromisos bancarios reales.
Pasaremos luego al encaje de bolillos con los costes crecientes de la energía y las materias primeras. Los procesos productivos van a apretarse el cinturón y a buscar alternativas que reduzcan el coste unitario o con materiales distintos. De todos modos se ve venir un cambio en relación a un sistema de transporte mundial que no tiene en cuenta el desperdicio energético y la vulnerabilidad de los mercados alejados. Podría darse un cierto retorno al mercado local. Todo un acierto ambiental por otro lado.
Siguiendo, los USA ya no son los USA. Se está construyendo un mundo económicamente multipolar, USA, UE, China, La India; Japón y otros que hacen las veces de aparecer en la foto: Brasil, el sudeste asiático. El mecanismo depredador del dólar respecto a las demás economías va en decadencia, el euro ahora y más adelante el yuan, juegan una partida que está redistribuyendo la moneda internacional. Los déficits comerciales americanos van a tener que digerirse en casa.
Otrosí: el medioambiente. En medio de esta zahúrda, las exigencias ambientales serán una excelente oportunidad para economías y empresarios diligentes e inteligentes. El ciclo cambiará con nuevas formas productivas ambientales, nuevos productos, etc.
Dejo sin comentar, puesto que corresponde a la sección de astrología, si ese cambio de ciclo económico será de digestión fácil o no. Nadie sabe en estos momentos la dureza de la fase de ruptura, ni del éxito de las medidas de suavivización. O sea, aguanten los ahorrillos en sus inversiones como única medida prudente a recomendar, a menos que los tengan en depósitos hipotecarios americanos.
Lluis Casas para servirles