Es indudable que “lo” del Domingo pasado no es ni simple, ni sencillo. Y que la complejidad puede incrementarse con el paso de los días.
Si algunos piensan que su corral se arregla con una puerta nueva están bien equivocados, puesto que la traducción más elemental de lo acontecido es: fuera puertas y vallas (y no solo en Melilla).
Si otros, dentro de un éxito indudable, piensan que el sillón de la siesta está preparado, se equivocan más todavía.
Si determinados líderes guardan en su esquina cerebral de protagonismo, que ellos solos lo harán todo, también están bien errados.
Si frente a lo que viene: elecciones locales, posible elección parlamentaria en Catalunya y finalmente elecciones al gobierno casi federal, con una crisis que, al margen de posibles crecimientos de orden mano numérico, mantiene y probablemente haga crecer la trituradora social, no hay una propuesta de carácter social, económico, democrático y humanístico que agrupe en torno a lo mucho que une las diversas alternativas de izquierda real que han tenido juntas o por separado un gran éxito, van también por mal camino.
Es nuestra opinión, puesto que lo escrito es a cuatro manos (demostración palpable de la confluencia de opinión), hay para después de la imprescindible reflexión atenta a las opiniones del entorno, un trabajo ineludible para hacer crecer lo imprescindible las alternativas crecientes para influir de verdad en el poder hegemónico de los oligopolios y de las ideologías depredadoras.
Da la impresión que se ha abierto una posibilidad de cambio reformista al estilo de cuando los italianos inventaban la política: el reformismo forte de no hace mucho. Pero esa posibilidad hay que alimentarla, cuidarla y darle compañía. En caso contrario el llamado “sistema” reestructurado en estos últimos años va a recuperar a costa de la exclusión su capacidad de renacer.
Proponemos mi alter ego y yo mismo la creación de un manifiesto unitario por una política de izquierdas que presente un frente unido en las elecciones y, sobre todo, en las acciones diarias de generación de opinión. Acuerdo en lo unitario y respeto a las diferencias, ahí está la clave.
Lo hilos están disponibles, hagamos, pues, de costureras.
Lluís Casas y Enric Oltra