miércoles, 1 de abril de 2009

LONDRES: GRANDES MANIOBRAS (1)





Esto que van a leer se escribe el día antes de la reunión del G-20 [1], después de celebrada añadiré comentarios post-reunión, pero siento curiosidad por publicar los comentarios a caballo del antes y el después. Un riesgo que asumo conscientemente. Espero que me perdonen.



Esta primera semana de abril promete convertirse en un gran espectáculo político y económico. Una vez consolidada la Casa Blanca, Obama inicia el primer periplo por el planeta con el objetivo de cambiar la difícil situación económica y geoestratégica que Bush hijo --esa gran sensibilidad e inteligencia que ha “regido” ocho años, ocho, los destinos del mundo-- dejó en tal mal estado que se hace difícil ponerle algún adjetivo existente, eso hubiera pasado con o sin crisis económica. Con crisis los objetivos aumentan y la importancia crece.


El espectáculo consta de diversos actos de características distintas, la reunión del G-20, la de la OTAN, la bilateral UE-USA y finalmente la Alianza de Civilizaciones. Estas son las que se exhiben al público, pero entremedias habrá contactos y reuniones casi tan importantes como las oficiales: el tú a tú de los mandamases. De todas ellas la que se lleva la palma mediática es la del G-20 y ello por lo que se le supone de gobierno mundial de la crisis. Presumo que la bilateral UE-USA también puede dar mucho de si, sólo si la primera termina con decisiones comunes y significativas. Lo cito por ese cierto desencuentro entre Obama y las diez mil cabezas dirigentes de la UE, en torno a lo que hay que hacer, expresión leninista que viene que ni pintada en estas circunstancias o esa deriva machista de “yo más” aludida por el encargado portugués de la UE.



La característica básica de esa media semana, del 2 al 6 de Abril, es la presencia del primer líder con carisma, capacidad y objetivos que enfrenta la crisis mundial. Obama ha sido la esperanza negra durante meses, hasta su efectiva elección y continúo en ese estado de gracia hasta la toma de posesión en Enero. Meses que han costado al mundo muchos millones de la moneda que deseen, pero así lo quiere el calendario electoral presidencial de los USA.


Desde Enero, el Presidente Obama ha dado todo tipo de señales de que iba en serio y que estaba dispuesto a todo lo que hiciera falta para remediar la depresión y el riesgo social. Las medidas han sido continuistas en algún caso y rompedoras en otros; en ocasiones han llegado con cierto retraso, pero nadie puede negar la energía y la decisión que hay detrás. Paul Krugmann, el Nobel de economía que está dando más la lata con las medidas de reactivación y el cambio de signo del mundo financiero, es el crítico y fan más representativo de la acción del Presidente. Las crónicas semanales en El País dan buena muestra de ello, y debo reconocer mi íntima identificación con lo que afirma y con esa curiosa mezcla de admiración y cabreo respecto al Presidente.


Esa presencia marcará sin duda las sesiones y es de esperar que los lideres más renuentes a la acción total, como Angela Merkel por ejemplo, deban ceder frente a lo que puede resultar un Obama cabreado frente a la TV por falta de colaboración. Obama es mejor visto en Europa que en los USA, y eso es una fuerza relevante en la reunión de Londres, en donde encontrará un aliado cómodo, como siempre, en el primer ministro británico y otro aliado por razones extrañamente distintas como será el gran Sarkozy, necesitado de resultados prácticos en su campaña de reformas verbales y de alimentación parenteral mediática.


La presencia euro-asiática no parece muy relevante en lo más inmediato. Lo será más tarde y con características especificas, no en balde China y La India andan en fase de crecimiento todavía y además tienen razones intimas con los USA, como la propiedad de la mayor parte de la deuda americana. Lo verdaderamente substancioso se cuece entre Europa y América en primer lugar y se trata principalmente de coordinar acciones y dimensiones en los frentes fiscal, de gasto público (y déficit), las subvenciones a empresas, la tentación del proteccionismo comercial y, creo que lo más vistoso, en cuestiones de regulación financiera y sus mercados especulativos y homicidas (espero víctimas entre los feudos medievales del mundo o paraísos fiscales).


Dejo para el final las cuestiones ambientales, no porque no vayan a tener protagonismo o por su extrema importancia de futuro, sino por que pienso que van a estar tratadas más lentamente: me refiero al calentamiento global, la energía y las materias primeras objeto de especulación. Si por el contrario estas están en primer plano, será señal de desacuerdos en otras materias que hoy duelen con más intensidad e inmediatez (valoración que hago con permiso de los ecólogos más eminentes). No cito, por que no son de mi negociado, las cuestiones de seguridad que con toda probabilidad estarán por encima y por debajo de las mesas. Y tampoco lo hago con cuestiones tan relevantes como la pobreza, el hambre y el desarrollo de las zonas deprimidas de este mundo. No se si van a ser sacrificadas en el altar de la salvación del capitalismo, pero, pienso, que sólo aparecerán, si lo hacen, como motivo decorativo. Espero equivocarme de lleno.


En definitiva, la agenda del G-20 estará en estos términos:

- Acuerdo substancial entre EU y USA para coordinar las acciones y las dimensiones de estas.

- Calendario de acciones, programa de encuentros de coordinación.

- Déficit fiscal, gasto público y subvenciones a empresas.

- Mercados financieros, regulación bancaria.

- Reformas en las instituciones internacionales, FIM, BM y otras.

- Paraísos fiscales.




Lluis Casas ansioso.



[1] El grupo de países que general el 80% del PIB mundial, eran veinte al comienzo, pero ha habido algún infiltrado reciente.