sábado, 9 de mayo de 2009

EL SIGNFICADO DE LA RECLAMACIÓN CATALANA SOBRE FINANCIACIÓN Y EL VERDADERO ESTADO DE LA NACIÓN. ¿Me dices que es un título largo? Lo sé.





Ahí tienen señores el resultado sintético de un elegante y sencillo cuadro estadístico, en forma de literatura convencional, donde, gracias a un excelente amigo y muy eminente economista, Lluis Torrens –hijo adoptivo de Parapanda-- nos es posible percibir al detalle de como andan las cuentas en Europa y en esas comunidades de nuestro estado federal. Huelga decir que las cifras son del 2005, muy recientes en términos estadísticos, pero fuera de foco en razón a la crisis. El cuadro en si no aparece por motivos puramente técnicos; quedo a disposición del público interesado a los que les haré llegar, con el permiso del autor, los datos completos si es de su gusto.


Atiendan a las cifras del gasto e ingreso públicos (en porcentajes del PIB) y fíjense en los ranking a escala europea. Son, se lo aseguro la mar de interesantes y aleccionadores, poéticamente sublimes y políticamente esclarecedores. Se analizan los países de la UE y nuestras CCAA, lo que da lugar a una sorprendente lista, sorprendente por la mezcla, pero determinante para el análisis.


Este estado federal que tenemos oculta dos situaciones que superan a Suecia en términos de gasto público, Extremadura y Asturias (58% y 56% frente al 55% sueco), aunque eso si, lo hacen noblemente y sin necesidad de reconocerlo con recursos que le vienen de fuera, dado que su ingreso está entre 15 y 19 puntos por debajo del gasto. Eso significa que alguien paga la diferencia. ¿De donde? Lo muestra el cuadro, está claro que en las últimas listas del ranking hay CCAA que tienen un gasto público tercermundista y un excelente superávit por ello. De ese superávit surge la financiación extremeña y asturiana, junto a muchas otras. Catalunya (30%) está al nivel de Estonia y si no quieren complicaciones nacionalistas, diré que a nivel de Rumania y en un ránking del 28 lugar, es decir la última de las consideradas. A Catalunya la acompañan en déficit de gasto nuestras Islas Baleares (29%) y en una poca más cómoda situación Madrid (35%) y Valencia (34%). Así los datos están al completo. El promedio español, es del 38,5 % en gasto y del 39,5 en ingreso (lo que indica que sobra dinero) y respecto a la UE, las cosas están así el 47% de gasto y el 44,5 % en ingreso, con un déficit consistente. Así el análisis por territorios federales.


Para complementar la visión de la realidad federal interna tenemos las cifras que indican que nuestro estado federal dista mucho de ser un estado en el sentido actual del término. Ello queda asaz demostrado viendo que nuestra España (lo de nuestra es una licencia poética más que nada) está confortablemente situada en el puesto 21 en términos de gasto e ingreso. Entre Eslovaquia y Bulgaria nada menos. Con lo cual demuestra su sentido del equilibrio y poca cosa más. Tiene ante si un recorrido de unos 10 puntos para alcanzar, no la meta (Suecia 17% de distancia), sino simplemente el promedio europeo en gasto público. Respecto al ingreso la distancia a cubrir es de solo 6 puntos. Eso significa crudamente que tenemos un estado de bienestar para unos cuantos, que pagan mucho menos que en el resto de Europa e impiden que el país disponga de los servicios públicos e infraestructuras a que tenemos derecho.


¿A qué es bonita la conclusión? Pues apréndasela como paliativo o vacuna frente a los argumentadores del horror del déficit, del temor a la presión fiscal o de la urticaria del descuadre futuro de las pensiones. Simplemente la respuesta no está en el viento, sino en el fisco. Tenemos un fisco corto de vista (no atiende a la defraudación) y corto de miras (no llega a donde debería).


Si alguien tiene dudas metodológicas, dispongo de muchos más cuadros que le alegraran la vida y me ahorraran más explicaciones. Incluso con datos de anteayer si les disgusta el año 2005.


Todo eso está disponible en las redacciones de los periódicos, en los ministerios, en las escuelas de negocios, en las universidades, incluso en las públicas, y vienen diciéndolo desde hace treinta años profesores del calibre de nuestro Vicenç Navarro. La realidad está presente con mayor crudeza si traspasamos las inexistentes fronteras con el resto de la UE, se ve, se nota esa distancia entre PIB y gasto público. Solo hay que abrir los ojos y liberar la mente y el bolsillo…de algunos.



Lluis Casas, más partidario de la UE que de la independencia, aunque con serias dudas.