viernes, 4 de mayo de 2012

ALEMANIA Y SU COALICIÓN, DE NUEVO, ENTRE DOS FRENTES



Antes de meterme en unos berenjenales de cierta consideración  que anuncio en la titulación, quiero hacerles un anuncio personal y exclusivo para este medio:

Creo que no soy homosexual o gay o enfermo o equivocado o AMS (expresión de la nueva inquisición que significa atracción sexual hacia el mismo sexo) definida por el obispo Reig y su, como cada uno quiera llamarla, congregación de incendiarios de brujas y herejes. Por cierto, lean y disfruten con Maruja Torres hoy (26 de abril) en El País. Esta mujer últimamente está inmensa, le ha ido muy bien el tonificante Rajoy.

Y como creo que no soy esa tira inacabable de calificativos sexuales, aunque de cierto en la vida no hay nada fijo, les dejo de lo más tranquilos a ustedes, altamente preocupados por esa circunstancia, al editor, un hombre tan estricto como fumador y a la iglesia que me bautizó y que rompió el documento en donde apostataba (para que no se enteraran los de arriba, según me explicó mi entonces coadjutor).

Dicho lo dicho, vayamos a lo importante. No hay que ser un estudioso en historia para estar al tanto que en dos ocasiones la gran Alemania y aláteres erró en su estrategia de dominación continental. Tanto en la guerra del 14-19, como en su continuación posterior y ya en versión nazi del 39-45 (entiendan que los años citados son simplemente una referencia, para no discutir con nuestro Josep Fontana o con el propio Eric Hobsbauwm), pretendió expandirse hacia oriente y occidente, dividiendo fuerzas y pretensiones. Hoy, permítanme la licencia poética, estamos en lo mismo sin tanques, aunque con Banco Central Europeo y, probablemente, en las mismas circunstancias inmediatamente anteriores al Somme o a Stalingrado. Es decir, antes del cambio de tendencia desde la victoria total al avance estratégico sobre la retaguardia, expresión goebbelsiana que significaba vamos hacia atrás y a toda prisa.

Los resultados evidentes del gran castigo teutónico, neoliberal y protestante sobre el déficit público aplicado a los del Sur y Oeste, son tan deprimentes que hace tiempo que generan más que sospechas en esos mercados financieros que castigan a unos a costa de otros, y que ahora empiezan a intuir que sin crecimiento (otra licencia poética), las deudas soberanas las va a terminar por pagar Ruiz Mateos en su próxima reencarnación.

De repente, además del frente sur-oeste se ha abierto hacia la zona norte nuevas inestabilidades, en donde Holanda empieza a hacer de las suyas y las elecciones presidenciales francesas se apuntan a un cambio de coalición. Gran Bretaña, socio independiente de la UE, está aplicando de motu proprio la misma receta merkeliana, con resultados tan espléndidos como una recesión. Y no es que el este, en donde hay socios de la Unión pegados o pagados por la hegemonía teutónica estén dando resultados maravillosos (como se demuestra en Hungría) y en la misma Alemania empieza a decaer el exceso de superávit comercial y su estrategia de salvar sus propios bancos a costa de la salud y la educación de griegos, portugueses, españoles y…

Posiblemente a mediados de Mayo, el mes de las flores y de María, no lo olvidemos, un triunfo de la izquierda francesa puede abrir vías de agua enormes en la mala política aplicada. Será hora entonces de descubrir las capacidades reales, si las hubiera, entre los que se excusan ahora por lo que hacen en base a decir no hay alternativa y me lo han mandado.

Lo veremos, pero pienso, con cierta ingenuidad si ustedes quieren, que las cosas van a dar un cierto cambio. Esperemos y empujemos.

Lluís Casas muy afectado, aunque de forma distinta, por las derrotas del Barça y del Madrid. Algún día, rompiendo con las normas, hablaremos de fútbol (aunque el presidente de la Federación dice furbo). Que no se diga.