viernes, 13 de abril de 2012

EL ESTADO DEMOCRÁTICO ESPAÑOL EN QUIEBRA



No se me asusten ustedes de entrada a causa del título: lean y luego decidan qué conviene hacer. Es siempre prudente conocer para luego echar a correr en la dirección más provechosa, si son optimistas, o en la menos arriesgada, si ustedes son pesimistas.

Antes de seguir con el duelo anunciado al principio, quiero explicar el sentido que le doy al término estado. Para lo que quiero explicar (y sólo para eso) debe considerarse estado no solo las instituciones políticas y administrativas, sino también la sociedad, las instituciones sociales y económicas que no son aparato de estado en sentido estricto. Incluso añadiría la moral ciudadana, la cultura colectiva, el sentimiento social mayoritario, el tratamiento a las minorías. Creo que ya me deben entender y aquí dejo esta complicada relación.

La crisis ha puesto patas arriba la economía, ésta ha trasladado su batacazo mayúsculo a la política, que se ha vaciado de los ejes mayores como son el consenso, el debate, las decisiones colectivas y el respeto a las opiniones ajenas. La crisis también ha puesto encima de la mesa unos defectos históricos de los aparatos de poder españoles, la falta de eficacia, el poder de lo que ahora llamamos lobbys, el nulo respecto a los acuerdos, incluso los refrendados por ley, incluso ley fundamental. La escasez de valentía política y de patriotismo verdadero.

Ha aflorado la incapacidad de las élites directivas empresariales, su avaricia y su capacidad acomodaticia a los privilegios. Su falta de respeto fiscal, su nula capacidad de solidaridad y de participación real en la sociedad.

Una gran parte del periodismo y la cultura han abandonado cualquier representación real de lo que acontece, todo lo más se sirven de un relato radiofónico de las notas de prensa o de la apariencia más inmediata de lo que sucede. Sin más intervención explicativa. Lo que deja en manos de los productores de noticias la exclusiva de lo que es.

El tamaño del despilfarro público en obras e infraestructuras que poco o nada aportan a la colectividad y si mucho a la política más barriobajera es enorme. El abandono de las inversiones que generan economía, que conectan territorios y que nos introducen en el mundo es apabullante. La dejadez del futuro, en términos de educación y formación, de investigación y desarrollo, de integración profesional, etc. es algo que enmudece al más gritón.

No es sólo la derechona la que ejerce de este modo, el mal se extendió y existe en otros ámbitos que creíamos más cercanos a las necesidades colectivas.

La justicia se ha convertido en el paradigma de la displicencia. El presidente del consejo del poder judicial debe renunciar a un viaje sin objetivo, simplemente porque otro juez con cierta medida de los límites le ha apuntado con el dedo. Lo curioso es que el juez ha dicho que no celebrará el viaje. Expresión huidiza de su propia derrota. Para qué citar el pozo purulento que el acoso al ex juez Garzón ha puesto en evidencia. Incluso su protección debe de ir a pie o en autobús. Es el reconocimiento a la falta total de estado de derecho.

Las últimas decisiones gubernamentales tocantes al perdón, caídas previamente a la semana santa, como corresponde a un estado que siempre ha hecho dejación de su soberanía frente a la religión oficial, corresponden a dos ladrones provinentes de Catalunya y a otros muchos de raíces diversas especializados en dinero negro y en la evasión de impuestos. El gobierno ha transformado en pútrida la aplicación del perdón en días santos. Y su presidente huyendo por los pasillos, camino de la puerta de atrás en la más famosa espantá que se recuerda en el Parlamento. ¿Se imaginan ustedes a don Winston Churchill o a don Charles de Gaulle buscando afanosamente la puerta trasera para no dar la cara? Es la cobardía de Mariano Cañí.

El paradigma de los intereses propios, personales, familiares, de clan, está en las portadas de los periódicos publicando nombramientos y sueldos que son la antítesis del recorte para otros que aplican políticos y banqueros.

Los presupuestos para este año, que no deberían llamarse tales, puesto que no han supuesto previamente nada, nos llevan a lastrar a nuestra sociedad con un millón más de parados, sin que la fábrica de la crisis, los bancos, los banqueros, hayan sufrido ni el 1% de lo que debieran. Algunos incluso han sido perdonados por el gobierno terrenal, los más han recibido lo que para la salud y la educación de los ciudadanos necesitamos.

Se anuncian grandes negocios sobre la propiedad pública, sobre los servicios públicos. Las voraces bocas del capitalismo financiero están preparándose para tragarse todo aquello por lo que los ciudadanos han trabajado y han construido.

Nadie es capaz de cumplir lo que dice en el mundo de la política y de la economía al mando. Se hace gobierno negando lo que en la fase electoral se negó y no en piezas de relleno, sino de caza mayor. El engaño político campa a sus anchas con una desfachatez que rasga no solo las vestiduras y la túnica sagrada sino que destruye la moral, la ética, el espíritu social, la vecindad.

Nos dicen que sino claudicamos que sino aplaudimos será peor. Que cualquier alternativa nos llevará por el camino de Grecia, hacia el suicidio de los que todavía poseen alguna dignidad y la destrucción de todo lo demás. Hemos de ser devorados por los leones y aplaudir la escena.

No queda mucho por hacer. Al menos no mucho en qué pensar. En todo caso queda mucho por hacer y poco tiempo para llevarlo a cabo.

Lluis Casas atacado por la fiebre primaveral.

Radio Parapanda. É preciso tratar da democracia socialista – Tarso Genro en http://blogdotarso.com/2012/04/09/e-preciso-tratar-da-democracia-socialista-tarso-genro/