No he podido impedir regurgitar los siguientes comentarios, producto de una lectura rápida de la prensa y como pienso que tienen cierto interés para localizar el lugar que ocupamos en el mundo, se lo hago saber:
Uno.
“El financiero De La Rosa (¿desde cuando un ladrón es un financiero?) pacta tres años de cárcel al declararse culpable de una estafa de miles de millones. En cambio, una esquiadora recibe como premio por falsear un bono de esquí seis meses de cárcel. Siendo una estafa, si lo es, de 500 euros le sale a 1,2 meses por cada cien euros. ¿Quieren hacer la cuenta del otro señor aludido? En un programa de radio ya caducado dirían a continuación: quisicosas de la justicia y/o los jueces. Yo me pregunto ¿justicia, jueces, o una tómbola de poder?”
Dos.
“La banca internacional recibe ilimitadas ayudas públicas de los bancos centrales a tipos de interés preferenciales. Traduzco: Como esos banqueros afectados por la crisis de las llamada hipotecas basura son unos finos estilistas y no unos especuladores torpes, el colectivo humano a través del banco público les ofrece dinero a bajo precio, es decir un premio. Igual que si al arquitecto que se le cae la casa por no poner fundamentos a la cuestión le regalaran un chalet. Si algún hipotecado piensa exigir el mismo trato, que se prepare para las risas que provocará en los empleados de la caixa de turno. Adenda. Soy partidario acérrimo de las acciones de los bancos centrales para evitar costes excesivos en las crisis financieras, pero también lo soy de ver a los responsables físicos de los hechos donde deben estar, en el paro ecuménico o en la cárcel, según el caso. También me gustaría ver que en otros momentos de menor vértigo financiero, la cosa funcionara al revés, devolviendo lo que les fue aportado. ¿O es que somos liberales solo a ratos convenidos?”
Lluis Casas pensando que viene Navidad.