miércoles, 26 de marzo de 2008

EL ASUNTO DEL PARNÉ

¿Cómo está el asunto de la moneda?

Después de una campaña electoral, que evitaré calificar por puro desconocimiento adjetivo, les comentaré algunas cosas en relación a la situación económica que dicen padecemos y que es la preocupación (o debería ser) principal en estos momentos para cualquier político que se precie.

Como ya consta en este diario digital por testimonio del que firma, nos hallamos más bien en una fase de creciente dificultad para definir con cierta garantía que es lo que pasa en la economía y como se debe actuar. Diariamente los gobiernos que cuentan en este asunto, los USA, la UE y pocos más se ven sorprendidos por la profundidad de los efectos financieros que están en el origen de la crisis (ojo avizor, crisis en un sentido de pérdida de puntos de crecimiento y de orientación de futuro, puesto que estamos todavía en números positivos del PIB). Tan es así que el gobierno americano y el británico están comprando (con hábiles maniobras) las entidades financieras que no pueden soportar el batacazo de sus riesgos inmobiliarios. Tampoco están muy finos mi vecino Sarkozy y su socio nuclear Brown cuando piden por favor a las entidades bancarias que digan la verdad y nada más que la verdad sobre sus malos negocios inmobiliarios, a fin de que puedan ser ayudadas diligentemente y no joroben al personal y a la economía más de lo que lo han hecho.

No piensen mal respecto al autor por este comentario, lo anterior está en los periódicos de hoy día 25 de marzo. La compra de entidades financieras privadas por el sector público es una forma poco ortodoxa de resolver la cuestión, pues se supone que en una economía liberal cada uno ha de aguantar la vela que le toca. La contradicción forma parte de la esplendida capacidad de innovación del mundo liberal, que es y no es, según convenga, tal que un Quant cualquiera en medio del universo nuclear. Por otro lado, contiguo al sistema financiero, el mundo inmobiliario está contaminando al resto de la economía con su, aquí si, crisis de elefante. La capacidad de crear empleo en la construcción y de potenciar la industria suministradora de materiales, sistemas técnicos de la vivienda, etc. es muy importante.

Con la caída en plan Big Bang inmobiliario todos estos sectores se ven afectados y no pueden tomar la vía exportadora, puesto que la obra está igual aquí que allí. Solo les hago notar la gran importancia para este nuestro estado de la actividad inmobiliaria. No hay duda de ello si en los últimos ocho años han mirado por la ventana contando el número de grúas existente. Otro aspecto a tener en cuenta es el miedo a lo inmediato, efecto que tiene también efectos nocivos. Las familias están proveyendo horas difíciles y acumulan ahorros reduciendo el consumo, como el de los automóviles y otras inversiones no esenciales. La deriva afecta también a la capacidad de gasto de las administraciones (sobretodo a las CCAA) por la reducción de los ingresos fiscales provinentes otra vez de la construcción. Los presupuestos públicos para gasto social pueden salir con lesiones y no digamos ya la inversión.

En fin, ya ven ustedes, que el patio no está para muchas alegrías. ¿Nos llevará esto a una crisis real? Es decir ¿un crecimiento negativo, una reducción del empleo permanente, etc? Esta es la pregunta que todo el mundo se hace, puesto que lo que se intuía primero, un reajuste en la composición del crecimiento económico, se hace mucho más grande cada día que pasa, transformándose en lo que acertadamente alguien ha llamado cambio de ciclo.

Como la brujería no forma parte de mis conocimientos básicos no les voy a dar ninguna receta, ni recomendación para mañana, ni pasado. En todo caso, pienso que todo apunta a una situación más grave de la que nadie imaginaba, pero todavía en situación de control. Hay que esperar a las elecciones americanas para ver si un presidente o presidenta demócrata asume la situación o sigue jugando a la ruleta rusa con ella (ya saben lo aficionado que es el actual residente en la Casa Blanca a este juego). El cambio presidencial podría generar una acción concertada entre los USA, la UE y los países emergentes, en todo caso, ya ven, solo podría materializarse a partir de esas elecciones. El petróleo, la guerra de Irak y las materias primas entre otras cosas podrían aportar alguna buena noticia que diese margen de maniobra a los gobiernos en esas circunstancias venideras.

¿Y aquí qué? De momento viéndolas pasar. El efecto adormecedor de las elecciones continúa activo y no se observan movimientos de realismo económico eficaces. Las expectativas y las previsiones van ajustándose a lo mínimo: crecimiento anual no más allá del 2%, que significa una pérdida de puestos de trabajo significativa.

El presidente optó por unas elecciones en período de crisis, que no es el momento más oportuno para ello, excepto si estas se realizan en clave de cambio de gobierno, cosa que como era de preveer no ha ocurrido. Lo que piensa el gobierno al respecto no lo sabemos más que por lo que el tío Solbes nos ha dicho con la boca párvula. Es decir no mucho. No conocemos la dimensión real de la crisis en España, no sabemos los planes inmediatos para hacerle frente. Solo alguna consideración respecto al tratamiento de los parados, formación y poco más. Si ello se debe al cansancio electoral, lo aceptaría si se ponen las pilas rápido. Si responde a una auto-complacencia, me temo lo peor. Aunque en este caso, el tío Solbes dispone de un superávit para amortiguar el golpe uno o dos años. Después ya veremos.

¿Tiene alguien información sobre cómo ve el gobierno el cambio de tracción en la economía de la construcción hacia…. [Lo siento, pero no me sale el cierre de la interrogación; debe estar en crisis también]

Si la tiene que la pase.

Lluis Casas ansioso

martes, 25 de marzo de 2008

AGBAR Y EL NEGOCIO DEL AGUA


Por motivos vacacionales no les pude comentar el artículo de Francesc Arroyo en El País del sábado 15 de marzo. F.A. explica con detalle una larga y oculta maniobra de una empresa casi monopolista, AGBAR del grupo La Caixa, respecto al abastecimiento de agua en Catalunya. En síntesis viene a coincidir con lo que un servidor les dijo a ustedes dos semanas antes: AGBAR pretende obtener la concesión del abastecimiento de agua a los catalanes prácticamente en exclusiva a través de la adquisición de la empresa pública ATLL o de otros mecanismos equivalentes.

El periodista explicaba en detalle como no había respuesta clara a sus requerimientos a la empresa o al gobierno catalán. Reacción que todo el mundo sabe que significa: no pueden desmentir lo que tal vez puede llegar a ser cierto.

Bien, ahí queda. Este blog es más rápido que la prensa seria e igual de fiable, sino más.

Les recomiendo también, pues tiene mucho que ver, el artículo en el mismo periódico del 25 de marzo respecto a los planes del ayuntamiento de Barcelona sobre la sequía, elaborados en exclusiva por AGBAR y entregados como documento municipal al gobierno.

No hago comentarios. Cada uno que interprete.

Lluis Casas francamente triste.

lunes, 10 de marzo de 2008

LOS INTERESES QUE HAY EN EL AGUA

La pertinaz sequía que nos rodea (recuerden que el término proviene del mismísimo franquismo) está produciendo en España y especialmente en Catalunya unas roturas fibrilares en la estructura social que pagaremos caras, mucho más caras que el precio del agua, si este existiese como reflejo de su verdadero coste.

Les hago un resumen del asunto a efectos de recordatorio. Primero, vivimos en la mayor parte del territorio peninsular en una zona seca y por influencia mediterránea muy voluble en precipitaciones. Segundo, la tradicional política hidráulica ha ocultado los costes reales de su “producción” y distribución, lo que ha comportado usos inadecuados y pocas inversiones en beneficio de la mejor utilización de un bien tan escaso y necesario. Tercero, todo y que disponemos de almacenes de agua (embalses) su distribución y su relación al consumo real muestra disfunciones varias que implican riesgos de escasez por encima de lo tolerable. El territorio barcelonés está permanentemente con el agua al cuello pendiente de la lluvia de otoño o primavera. Cuarto, las soluciones aparecen en los últimos cinco años en torno a la tecnología desaladora y en el momento en que los trasvases descubren su cara malévola respecto a los equilibrios territoriales y ambientales. Quinto, el impulso a una política realista que asume la situación y despliega medios e infraestructuras es reciente y en buena parte surge de movimientos no gubernamentales. Sexto, las políticas relacionadas con el territorio, como el urbanismo, la agricultura y los usos turísticos no se han vinculado nunca con esa realidad de escasez y han incrementado exponencialmente el problema original. Séptimo, el desarrollo económico entendido como un incremento de renta se está realizando con costes altísimos sobre la disponibilidad de agua, sacrificando la vida fluvial a unas rentas monopolistas de carácter muy depredador. Octavo, no tenemos mucho tiempo para rectificar. Noveno, ni es imposible, ni es muy caro adoptar criterios de desarrollo en función de la realidad física, aunque afecta a propietarios de expectativas de beneficio inmobiliario. Y décimo, algo hay que hacer.

El enciclopedismo anterior lo creo necesario frente a la afirmación que sigue. Las políticas gubernamentales en este aspecto necesitan de una fuerte carga ideológica que explique el asunto, informe de los problemas, apunte las soluciones y asuma el coste resultante.

Ahora explico el porqué.

La situación catalana está derivando a mi parecer a una guerra de guerrillas política y de intereses (legítimos y no legítimos) que perjudicarán cualquier solución por razonable que esta sea. El terreno ya estaba abonado para ello: la primera empresa del país, La Caixa, tiene enormes intereses en el sector desde tiempo inmemorial. A través de Aguas de Barcelona abastece (en substitución de competencias municipales) a una parte substancial de las ciudades metropolitanas (la red doméstica podríamos decir) y, también desde siempre, aspira a erigirse en autoridad única del abastecimiento en “alta” (desde las fuentes a las redes locales) en toda catalunya.

En eso la acompañan un periódico sorprendente de derechas como La Vanguardia i políticamente hoy (puesto que ayer en la Generalitat mantenía una tensión de órdago) CIU. El instrumento es el manoseado trasvase desde el Ródano. Trescientos kilómetros de recorrido, a partir de una zona del río que está aguas debajo de la industria nuclear francesa y con un período de realización que nos pillaría a todos secos.

Bien, puestas así las cosas y pendientes de la afluencia del agua desalada en el 2009 que rebajará la tensión, hoy hay tortas. Desde mi punto de vista la escasa presencia de los políticos al mando, incluyo al Presidente y por descontado al Conseller del ramo, desorienta al público y da acicates a los interesados monetariamente. Cualquier fenómeno de riesgo, como la pérdida de agua en una conducción importante, desfigura la situación. Por cierto, muchos hacen escáldalo del caso cuando son conscientes que las pérdidas de las conducciones de Agbar han sido siempre astronómicas y bien conocidas (la empresa las explica en torno al binomio es más caro reparar que perder agua). Esa escasez de ideas y explicación, esa falta de información que manifiestan los políticos afectados creo que es una posición de ocultismo personal para evitar alguna torta fortuita. El pensamiento débil que hay detrás de un político que se esconde no es bueno ni para el, y por descontado, tampoco para los demás.

Tomemos el ejemplo del anterior episodio de tensión hidráulica hace escasamente dos o tres años, nada de esto se manifestó virulentamente, puesto que entonces alguien dio la cara, explicó, dispuso planes y asumió la situación. El resultado fue que en la primera experiencia de sequía grave la pedagogía funcionó, el ciudadano cumplió, los intereses se mantuvieron a la expectativa y después llovió.

Solamente por eso último valdría la pena tener un Conseller que al margen de retratos inmobiliarios les dijera a los catalanes qué han de hacer, y por qué, con el agua.

Lluis Casas, sediento