SI tienen acceso a El País del domino 1 de marzo, en las páginas naranja de economía y como cada semana, tienen ahí un excelente artículo de Krugman sobre el presupuesto y el cambio en Estados Unidos; y si no disponen de dicho ejemplar, un servidor muy gustosamente se lo indica aquí: Clima de cambio, de Paul Krugman.
Un crítico de izquierdas, como el citado autor, crítico también con los primeros pasos de Obama, rectifica ahora y saluda el riesgo que asume el nuevo presidente con un presupuesto para un cambio de grandes dimensiones, en salud, en medio ambiente, en reducción del gasto militar, en impuestos para los ricos, etc.
Para reforzar el asunto nuestro Vicenç Navarro publicó la semana pasada en Público una reflexión sobre la crisis y las propuestas de Obama también excelente. En el artículo se advertía de la presión de los sindicatos para un cambio social en los USA, compensando lo que la derecha radical y fracasada republicana piensa hacer llegar a la presidencia, más paro, menos salarios, menos gasto social y que se hunda el mundo. Lo mismo que comentaba Pepe Borrell en El País hace unos días a propósito de la pérdida de peso de los salarios en el PIB en los últimos 20 años, núcleo del desfallecimiento del consumo y de una parte de la crisis. Tesis que coincide con la de Navarro en el artículo citado. Los salarios, así como otros derechos de los trabajadores, han sufrido el envite neoliberal, han perdido un enorme porcentaje en la participación en el PIB y han creado situaciones lindantes con la pobreza en todo el mundo. Hoy, además, en algunos países, como España, el endeudamiento “popular” por la vivienda es tremendo, los ingresos salariales de 30 años están capturados por la hipoteca. Unos riesgos enormes que frenan el consumo y aceleran la crisis.
Un conjunto de aportaciones que estructuran una posición política, económica y social frente a la crisis, realista con lo que debe hacerse y progresista en el fondo y la forma. Hacen bien los comentaristas citados en salir a la palestra para defender lo que hay que defender. Esperamos mayores sensibilidades de los gobernantes hacia estas propuestas y análisis.
En síntesis los autores anotan que gasto social, equilibrio presupuestario, finanzas, salarios, regulación financiera, paraísos fiscales, freno inmobiliario, banca pública, normas sobre monopolios o equivalentes, nuevo modelo energético y ambiental, y en el fondo una nueva concepción del consumo, con bienes más duraderos, más sostenibles, mayor consumo social y una mejora de la progresividad de la fiscalidad son elementos que forman parte de la receta principal. Y un poco más de Europa, de la Europa de verdad, como nos dice muy acertadamente nuestro editor en su llamada a Delors.
¿Les harán caso o deberemos esperar a una situación de mayor dureza social? De momento lean y discutan.
Lluis Casas obcecado con un cambio de política