martes, 27 de abril de 2010

LO QUE ESCRIBIRÍA JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO SI ...





José Agustín Goytisolo, si pudiera acompañarnos ahora mismo, escribiría a propósito de la actualidad ciudadana, con el estilo suyo de cuento infantil, lo que sigue:


¿Se imaginan ustedes que hubiera una ciudad mediterránea en la que las concejalas honestas y honradas fueran protegidas en su quehacer público y no hubieran de dimitir por falta de apoyo?


¿Se imaginan ustedes una ciudad mediterránea en la que fuera imposible aprobar un hotel el día después de la dimisión de la concejala honrada que lo impedía?


¿Se imaginan ustedes una ciudad mediterránea en la que el urbanismo no fuera la zona protegida de promotores y grandes propietarios del suelo?


¿Se imaginan ustedes una ciudad mediterránea en la que un club de fútbol no pudiera hacer lo que quisiera con el suelo urbano?


¿Se imaginan ustedes una ciudad mediterránea en la que el urbanismo y los urbanistas públicos protegieran el espacio público, aumentasen el espacio verde y comprasen suelo para el conjunto de los ciudadanos?


¿Se imaginan ustedes esa ciudad mediterránea con un gobierno de centro derecha?


Pues si así siguen ellos, es cosa que ustedes no imaginarán, sino que verán.


Ahora bien, también sabemos (o parece que intuimos) lo que diría Goytisolo viendo que una ciudad mediterránea, pongamos que hablo de Barcelona, llenando la plaza de Sant Jaume de variado personal en claro apoyo al Juez Garzón como así fue el sábado pasado.



Lluis Casas, poeta circunstancial




miércoles, 21 de abril de 2010

HOY TENEMOS UN BUEN DÍA




Hoy me siento mejor. De hecho, incluso me levanto mejor. Y respiro mejor. ¿A qué se deberá tamaña mejoría en la salud de don Lluis, pensaran ustedes? La respuesta es muy simple y tiene que ver con la psicología individual y colectiva. Les cuento. Hoy he asistido en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona al acto en apoyo de don Baltasar Garzón. Yo, perdonen la modestia, y mil personas más. Entre los que se cuentan personalidades de mundos muy variados, desde la política pasiva, como Pascual Maragall, a la activa con parlamentarios y cargos gubernamentales libres de ataduras, poetas, abogados, sindicalistas de tomo y lomo, cantantes en protesta y cantantes protesta, funcionarios, profesores, estudiantes primerizos y estudiantes avanzados, gestores administrativos, escultores, amanuenses, jubilados de todos los menesteres, ex fiscales en activo y un etcétera tan largo que perderíamos, ustedes y yo, el hilo del asunto si hiciera un recuento preciso.


Como ya les certifiqué en su momento, la defensa de don Baltasar no es la defensa de don Baltasar. Es la defensa de la democracia sin adjetivos, de la justicia sin aditamentos y de la libertad completa. Y además, de don Baltasar. Así debe ser entendido el acto y así debemos explicarlo, puesto que don Baltasar es una persona con grandes superficies y enormes esquinas, pero por encima de eso está siendo atacado por acciones justas, democráticas y libres.


Los cadáveres mal enterrados, y les pido que entiendan el buen sentido de la expresión, tienden a salir a la superficie sin atender a momentos y oportunidades. Así está siendo con los acuerdos de la transición que se saltaron derechos y obligaciones para con las personas y las familias que sufrieron la muerte, la cárcel y la tortura.


Esos muertos, anteayer mal enterrados, salen hoy a reclamar sus derechos. Y el juez se ha dispuesto a ello y por ello la derecha y la extrema derecha, junto a multitud de oportunistas sin honestidad, están dispuestos a despacharlo: los “oportunismos transversales”, según dejó dicho don José María Mena.

En otros tiempos ldespacharían al Juez en una cuneta, hoy lo hacen a través del Supremo (mal nombre que me recuerda el que se atribuía un dictadorzuelo isleño en un film del gran Raoul Walsh sobre una novela de Forrester, El hidalgo de los mares, para los que la quieran recordar con Gregory Peck como el capitán Horatio Hornblower). Ese Supremo que actúa en contra del ordenamiento internacional, de la racionalidad jurídica, del entendimiento democrático, de la simple justicia y de los requerimientos honrados de las familias con muertos desaparecidos. No se trata, no crean, de unos cuantos. Aunque con uno solo ya sería suficiente. Se trata de miles. De muchos miles. En la Generalitat, el archivo que contiene las reclamaciones por prisión o represión, son más de treinta mil. Si Catalunya es el 20% del total español, tenemos 150.000 casos de ese nivel, a los que hay que añadir los desaparecidos en cunetas, bosques y cementerios. A un problema que requiere solución, se le añade ahora otro, la actuación del Supremo. Y aún otro, añadiría yo, con la del Constitucional respecto al Estatut de Catalunya.


La justicia en España requiere un buen repaso, sin ninguna duda y con ello nos va la verdadera democracia. Así habló don José María Mena, que fuera fiscal jefe de Catalunya. Mena recordó a algunos y enseñó a los más que también el Tribunal Supremo puede y debe ser criticado como cualquier otro poder del Estado. Vino a decir que no hay institutos intocables en una democracia, y –con punto de vista fundamentado— siguió razonándolo. Por eso concitó las ovaciones más calurosas. Por cierto, la primera gran ovación de la mañana se la llevó don Carlos Berzosa, rector de la Universidad de Madrid; seguro que la oyó desde Madrid.


Por eso me siento mejor, me levanto mejor y respiro mejor. Tenemos respuesta, luego aun tenemos sensibilidad democrática y social.


Lluis Casas, entusiasmado.


miércoles, 14 de abril de 2010

EL CAPITÁN TRUENO Y EL JUEZ GARZÓN





Afortunadamente para todos, hoy aparece el primer volumen de la nueva época del Capitán Trueno, edición que, según me cuentan, está debidamente asesorada por don Víctor Mora padre real y putativo de nuestro Capitán (incluso en contra de la Editorial Bruguera de la primera época). Lamentablemente la naturaleza hace imposible que el gran Ambrosio lo siga dibujando con su eficaz y realista estilo, pero eso no tiene solución humana posible. Con esa nueva aparición, no olviden que El Capitán proviene del Alt Empordà, el Barça ya no está tan solo como instrumento adecuado para capear psicológicamente los nuevos temporales que se avecinan. Hoy es día 14 de abril y la República no está bien de salud, como los tribunales reciclados confirman, ni el Estatut tiene la jornada tranquila, según los tribunales de otro orden tienden a determinar.


Hoy El Capitán Trueno, hijo predilecto de Parapanda, ahora un cincuentón, lamentable viudo de Sigrid y abandonado por Crispín, que se ha largado a por una esposa e hijos, está tan solo acompañado por Goliath, con quien enfrentará las malas artes del tribunal constitucional y del tribunal supremo. Me dicen que los primeros episodios ocurren en Vic, en donde el Capitán ha de defender a los inmigrantes honrados de los ataques furibundos de los fundamentalistas cristianos.


Ya en épocas anteriores, el capitán tuvo amistades peligrosas con vikingos, de los que obtuvo una novia rubia, con chinos independentistas de los que consiguió un globo aerostático en pleno siglo doce, con aztecas rebeldes de los que obtuvo un puma, con zulúes orgullosos que aportaron un chimpancé y con musulmanes de honor que le dieron renombre. De hecho su primera aparición pública ocurrió en San Juan de Acre, en Palestina, en donde provisionalmente frenó, junto al rey de Inglaterra, Ricardo Corazón de León (un rey inglés con muchas plumas), al gran Saladino en su propia cruzada de recuperación territorial, pero con quien entabló algo más que una buena amistad.


Esas credenciales lo hacen muy adecuado para la defensa de los débiles y los oprimidos de la estepa de Vic. Será, sin dudarlo, el adalid de la decencia y el honor frente al cacique aristócrata, plutócrata, más bien, que hace de las suyas sobre los pobres de la zona, a quienes explota sin piedad y a quienes niega derechos fundamentales. Para más INRI, el señor de Vic, es de la escuela eclesial, aunque ha perdido todo vínculo real con las bases teológicas, de modo que no es de esperar que El Capitán deba enfrentarse además con Roma. Eso tranquilizará a Roma. En fin, para qué contar nada más. En todo caso debo decir que los oprimidos del mundo estamos de enhorabuena.


Si se fijan, la reaparición de Trueno coincide con la desaparición provisional de don Andrés Iniesta, otro gran adalid de los débiles, así en Parapanda como en el Cielo. Cosa que, si no compensa adecuadamente a los esforzados partidarios del “Som més que un club” o a los gustadores de grandes jugadores, si, al menos, refuerza el ego colectivo. Cosa tan querida como frágil.


En el madrileño acto codefensivo de don Baltasar no he atinado a ver a todos los que deberían haber estado. Como no fui testigo directo, no puedo criticar a nadie por falta de comprobación fehaciente. Pero, eso si, afirmo que todo el mundo democrático debería haber estado, al margen de las identificaciones personales, tan necesariamente flexibles a la luz de la idiosincrasia de don Baltasar. Si alguien lo duda, se lo aclaro. Defender a don Baltasar no es defender solo a don Baltasar. Es defender los valores democráticos y a los españoles crucificados por el franquismo durante y después de la guerra. Sin señalar a nadie. Faltaría más. Trueno estaría de acuerdo.


Lluis Casas, experto en el mundo del cómic. Para entendernos, de los tebeos.



domingo, 11 de abril de 2010

EN BERLIN CON BALTASAR GARZÓN




Después de unos días libres de obligaciones profesionales y llenos de un intensísimo turismo berlinés, una costumbre que se ha hecho habitual en semana santa, reemprendo la observación detallada de esa vida económica nacional que no vive en si misma, como diría nuestra santa Teresa levitando. Lo hago, no sin antes recomendarles el nuevo museo de historia alemana recientemente inaugurado en Berlín. La historia alemana (puro nacionalismo, claro está) contada a través de piezas de arte y una multitud de objetos de primera línea. Uno está frente a la historia, como con un ejemplar del Manifiesto Comunista del 1848 en su primera edición de Londres, o con la bola del mundo, realmente existente, del despacho del Führer, con agujeros de bala incluidos y con la foto de Charles Chaplin comediando los excesos de aquel monstruo. Pido permiso para contar una anécdota berlinesa. Estábamos en una cervecería reparando nuestra caminata viajera cuando oímos a un grupo de parroquianos nativos comentar la injusticia que se estaba haciendo en España contra el Juez Garzón. Entonces, de manera educada me dirigí a ellos con mi aproximado acento bávaro, y le dije: “Caballeros, tienen ustedes mucha razón. Pero sepan que estamos movilizados contra los bajos de Varela. Precisamente el próximo martes los sindicatos españoles han convocado una gran movilización en Madrid. Y allí estaremos”. Los parroquianos nos invitaron a brindar y una señora de edad exclamó: Es gibt noch Richter in Berlin. Más o menos: por si las moscas, hay jueces en Berlín.


Entrando en materia, les diré que hace algunos meses que se anuncian las buenas nuevas que reflejarían la mejora económica en España, nuevas que no aparecen realmente en la perspectiva inmediata y que dilatan a su vez el tiempo de la crisis y una cierta desesperanza colectiva. Me da la impresión que a poco que sigamos así juntaremos la crisis de hoy con una presunta nueva crisis, de la que se empieza a hablar con cierto descaro como de una cosa inevitable. El gobierno está tropezando aquí con la mismísima piedra con que lo hizo al negar la crisis, pero ahora en sentido contrario, intentando encontrar motivos de esperanza. Mala táctica cuando el paro sigue y los peatones de la historia no llegan ni a medianos de mes.


Los instrumentos que el gobierno federal desplegaba hace unas semanas no se han concretado en la dimensión necesaria, los acuerdos políticos y sociales que se cuecen en un hipotético gran pacto estatal, si se cuecen, lo hacen a un fuego lento de tan pequeña magnitud que puede que no llegue a hervir nunca el caldo. Tampoco las propuestas de nueva economía que se hacen y se deshacen en pocos días desde el ministerio de industria, ilustran grandes esperanzas. Un día es una cosa, al siguiente otra, como la última del coche eléctrico. Pero nada consecuente y sólido.


Solo sabemos a ciencia cierta que el IVA va a subir dos puntos el uno de Julio. Y eso ha hecho bastante por adelantar ciertos consumos domésticos, como el de los vehículos, que significan un ahorro de cierta relevancia. Esa alegría actual es solo aparente, puesto que, como digo, el consumo se adelanta unos meses para aprovechar una ventaja temporal. El 2 de Julio todo volverá donde estaba. O sea, en el miedo y el apriete del cinturón ahorrando lo que se pueda por lo que pueda venir. Esa característica de la crisis, el ahorro de las familias, es en muchos sentidos una buena noticia (que hubiera sido mejor si se estuviera en pleno crecimiento), el ahorro demuestra un realismo preciso y una base para la inversión. Ese ahorro el gobierno debiera encauzarlo a buenos fines colectivos y no para el disfrute bancario.


Ya nuestro eximio prócer parapandés les ha contado lo del pacto,
... Y LA ABUELA SIN PARIR, con un comentario con el que estoy totalmente de acuerdo. Si el tiempo pasa puede ir a peor y, donde no está el PP, puede estar el mundo sindical, acompañado, tal vez, de la parte contratante, me temo que más nerviosa de lo conveniente. Por lo tanto, a ver si entre sindicatos, gobierno y algunos partidos consiguen alcanzar un acuerdo sobre la vía de la recuperación y de la nueva economía. No simplemente unas rebajas de verano para empresarios.


Lluis Casas, movilizado con Garzón.