miércoles, 30 de enero de 2008

LOS CUATROCIENTOS GOLPES. Perdón: los 400 euros (2)



TODO A 400 EUROS, o la economía y los políticos, o la economía y las elecciones


Vaya por delante que entiendo que un proceso electoral se rige por reglas desconocidas y cambiantes, sorprendentes e imprevisibles en todo caso. Lo que fue norma cuatro años antes ahora no sirve. Solo hay que revisar las hemerotecas para comprobarlo. Cuestiones efímeras tienen en determinadas circunstancias una enorme fuerza electoral, cuando por otro lado la esencia del buen gobierno parece que no es tenida en cuenta ni por electores y ni por elegibles. En fin, como ni la psicología, ni el marketing nos explica con seguridad ese fabuloso fenómeno democrático, deberemos aceptar que los debates “serios” puede ser que no sirvan para nada. Pero a pesar de ello y para los racionalistas, como el que esto escribe, la realidad no es más que un acicate al debate. Y voy a ello.

He dejado pasar unos días respecto a la subasta fiscal del superávit público que se está celebrando en el mercado persa de les elecciones de Marzo, con ello pienso que gano en credibilidad respecto a lo que expreso a continuación. Aclaro que como subasta me refiero a este episodio fenomenológico de los 400 euros que resume en si mismo el exceso a-ideológico de las elecciones presentes y su deriva monetaria.

Para entendernos, en primer lugar habrá que definir superávit. Por si alguien lo desconoce les diré que es una simple resta entre los ingresos anuales totales de cada administración (hoy lo trataremos con respecto al gobierno central) y sus gastos. No es pues una cifra mágica, ni siquiera compleja y su existencia no supone que sobren recursos. Tener superávit tiene diversos significados técnicos: 1. el fisco es excesivo y recauda más de lo necesario (casi nunca pasa). 2. La administración no ha previsto adecuadamente sus gastos (ha hecho menos inversiones de las previstas, por ejemplo, ocurre muy a menudo). 3. la economía va mejor de lo que el ministro del ramo ha pensado y los ingresos fiscales crecen por encima de lo previsto (también pasa, como ahora, en situaciones de crecimiento sostenido).

El superávit puede ser efímero o persistente: en España estamos en la segunda opción, de momento. En realidad, el superávit solo es un ahorro financiero para tiempos peores o para pagar las facturas pendientes de años anteriores. Piensen un momento en su economía doméstica y lo entenderán perfectamente. Pero lo más relevante es que la existencia del superávit no supone la inexistencia de necesidades sociales o económicas. Es una elección política, totalmente legítima, por otro lado. Piensen que ahora mismo en España estamos lejos del porcentaje de gasto social europeo (sanidad, educación, servicios sociales), estamos por detrás en algunas infraestructuras básicas (ferroviarias no AVE, medio ambientales), estamos por detrás de los programas de investigación. Cito solo un agujero ejemplar: la ley de la dependencia aprobada hace un año carece aún de recursos adecuados y dicen los periódicos que prácticamente no hay ayudas aprobadas.

En síntesis, en España tenemos un buen trecho que recorrer para asumir los gastos que por riqueza, población, ubicación europea y necesidades nos toca.

¿A qué viene pues saldar ese ahorro de esa manera: a 400 euros por cápita? ¿No serían más útiles los 5.000 millones que dicen que suman los 400 para nuestros ancianos que cobran verdaderas miserias y no disponen de residencias adecuadas y de programas de ayuda familiar? ¿No se emplearían mejor en extender en primer nivel escolar y así ayudar al trabajo femenino? ¿No estaría bien mejorar los resultados escolares reforzando las escuelas con índices de bajo rendimiento? ¿No es más útil crear programas de investigación para nuestros científicos mileuristas? Y así mucho más.

El comentario tiene una segunda parte, me referiré ahora a la relación entre fiscalidad, bienestar y economía. Ecuación con tres variables interdependientes que está detrás del asalto de la derecha real o convertible al sistema fiscal.

La presentación del sistema es simple: la fiscalidad es una detracción de la riqueza social para redistribuirla en los programas de interés general que garantizan cohesión social, desarrollo económico y justicia social. Las detracciones de la riqueza se basan en aportaciones proporcionales al gasto, como el IVA o progresivas a las rentas, como el IRPF. Pero lo más importante es que alimentan una parte de la economía que permite desarrollar una sociedad avanzada y justa. En determinadas circunstancias económicas puede resultar de interés colectivo y de futuro una reducción fiscal que genere capacidad de compra privada (se reduce la capacidad de compra pública), pero solo en determinadas circunstancias económicas y para sociedades con un alto nivel de prestaciones públicas. No es aún el caso español. Hoy parece ser más rentable económicamente para nosotros expandir determinados programas sociales y acciones vinculadas a la productividad global. Por ello no hay razón para la reducción fiscal, excepto la ideológica y la de los intereses de las capas con mayores renta y riqueza. Si disminuyen los programas públicos se refuerzan los privados, que solo abastecen a aquellos con capacidad de pago. Si se reduce el ingreso fiscal, se reduce el gasto social y por ello se reducen los servicios para todos, y dentro del todos, especialmente para aquellos sin alternativa de mercado. Eso produce sociedades duales, unos mucho y otros con muy poco. En los USA, también en pre campaña, son millones los que no disponen de sanidad, ni de asistencia social o escuela porque no hay oferta pública y la privada es cara y inaccesible.

Creo que con lo dicho el asunto está claro. Los 400 euros para cada contribuyente es un despilfarro social, económico y democrático.

¿Quien se lo explica al presidente?

Lluis Casas misionero

jueves, 24 de enero de 2008

¿SABE ALGUIEN LO QUE ESTA PASANDO? (1)


O, como dice un colega, la miseria de la macroeconomía


Me refiero, claro está, a la presunta crisis camaleónica que está complicando la vida a políticos, banqueros, financieros e inversores en todo el mundo: ¡ojo! usted y yo estamos en esa última categoría si disponemos de algún ahorrillo invertido en fondos de cualquier tipo, de pensiones, de inversión, etc.

La pregunta no es en absoluto retórica. Sorprendentemente (dado lo habilidosa que es la ciencia económica hoy en día) nadie sabe exactamente que ocurre ¿Es una crisis pasajera motivada por factores coyunturales como la energía o las materias primas, o tal vez por las hipotecas basura? ¿estamos creciendo menos que el año anterior? (cosa que no debería preocupar excesivamente, ya que puede arreglarse)? ¿o bien nos hallamos a las puertas de una recesión? (crecimiento negativo, eso si es grave. ¿Es un poco de todo ello? ¿Y en qué proporciones?

Las exigencias de los manuales son contradictorias, otra novedad. ¿Qué hacer?: ¿intereses altos o bajos?, ¿preferimos enfriar la economía, por la inflación creciente, o bien necesitamos intereses bajos para impulsarla, afectada como está por la retracción del consumo en algunos países estratégicos? ¿Debemos actuar para congelar la crisis en bolsa inyectando dinero público y haciendo más atractiva la inversión financiera con tipos de interés tirados? ¿Necesitamos programas públicos de inversión? Respecto a los costes, ¿son soportables?, ¿hemos de actuar en relación a los proveedores de materias primas? China y La India (nuevos actores en la economía mundial), ¿qué harán?

En fin, ya ven que hay un lío considerable. Para confirmarlo solo hay que acudir a las palabras de los ministros económicos, que nos dicen que no pasa nada grave y contrastarlas con las noticias de la prensa que asumen que efectivamente la cosa está delicada.

De todo ello me quedo con lo dicho por el conseller Castells: cambio de ciclo, pero sin alarmas excesivas. Unas palabras breves pero de largo recorrido, hacia atrás (aludiendo que a algunos les ha pillado el toro viendo pasar las nubes) y hacia adelante (qué economía debemos impulsar ahora). El final de la frase no se lo tengo en cuenta, un conseller económico, aunque tenga escasísimas posibilidades de influir en la coyuntura, no debe mentar a los bomberos aunque haya fuego. Está en el manual.

Lo más vistoso está pasando en la bolsa. Pero, ojo, siempre ocurre así, por los siglos de los siglos, amen. J.K.Galbraith lo expone en un librito de forma maravillosa: la bolsa está llena de oportunistas nerviosos. Aceptan pagar una monstruosidad por una canallada de producto de bolsa, con la esperanza de que dios exista y esté pensando exclusivamente en ellos. Luego ocurre que las acciones retornan donde deberían, al precio adecuado a sus condiciones de producción, ventas y beneficio. En el camino unos han ganado un montón y otros lo han perdido y, ahí están los de los nervios: venden y venden, pensando que el mundo se acaba y que en esas circunstancias mejor que los coja con unos pocos dólares en el bolsillo. Repasen lo dicho por Galbraith, se lo pasaran bien, aprenderán historia económica y psicología humana.

Retomo lo dicho por nuestro colega Castells. Estamos ante un cambio de ciclo que probablemente tendrán dimensiones considerables y afectará a la economía global y a cada una de sus partes.En primer lugar resituará los mecanismos reguladores financieros para cubrir ese nuevo agujero de los créditos sin garantía y el criminal proceso de derivados. No es nada que los banqueros pidan la nacionalización de la banca en bancarrota, esos liberales cuando les conviene dicen cosas muy gordas sin ninguna vergüenza. Después vendrá la ocasión para un duro pescozón a las entidades de crédito que han dado en esconder sus vergüenzas, dificultando la reacción de los bancos centrales. De hecho hoy día ningún ministro del ramo está seguro de los compromisos bancarios reales.

Pasaremos luego al encaje de bolillos con los costes crecientes de la energía y las materias primeras. Los procesos productivos van a apretarse el cinturón y a buscar alternativas que reduzcan el coste unitario o con materiales distintos. De todos modos se ve venir un cambio en relación a un sistema de transporte mundial que no tiene en cuenta el desperdicio energético y la vulnerabilidad de los mercados alejados. Podría darse un cierto retorno al mercado local. Todo un acierto ambiental por otro lado.


Siguiendo, los USA ya no son los USA. Se está construyendo un mundo económicamente multipolar, USA, UE, China, La India; Japón y otros que hacen las veces de aparecer en la foto: Brasil, el sudeste asiático. El mecanismo depredador del dólar respecto a las demás economías va en decadencia, el euro ahora y más adelante el yuan, juegan una partida que está redistribuyendo la moneda internacional. Los déficits comerciales americanos van a tener que digerirse en casa.

Otrosí: el medioambiente. En medio de esta zahúrda, las exigencias ambientales serán una excelente oportunidad para economías y empresarios diligentes e inteligentes. El ciclo cambiará con nuevas formas productivas ambientales, nuevos productos, etc.

Dejo sin comentar, puesto que corresponde a la sección de astrología, si ese cambio de ciclo económico será de digestión fácil o no. Nadie sabe en estos momentos la dureza de la fase de ruptura, ni del éxito de las medidas de suavivización. O sea, aguanten los ahorrillos en sus inversiones como única medida prudente a recomendar, a menos que los tengan en depósitos hipotecarios americanos.

Lluis Casas para servirles

martes, 15 de enero de 2008

SOLE TURA EN LA MEMORIA, MEMORIA DE SOLE TURA



Les voy a escribir a propósito de una película, Bucarest. Excelente film de homenaje de un hijo a su padre. Un padre, Jordi Solé Tura, sumergido en el trance de la pérdida de sí mismo por los efectos de una enfermedad maldita, el Alzheimer. Un hijo, Albert Solé, con espléndidas capacidades de documentalista.

Como espero que aprovecharan un paseo por la ciudad para verla, en el cine Alexandra de Rambla de Catalunya, me abstengo de cualquier prolija explicación cinematográfica y me centro en dos cuestiones que pienso son de relevancia colectiva.

En primer lugar el problema de la memoria de ese pasado siempre presente para los españoles, república, franquismo y transición que últimamente nos ha dado mucho que hacer y alguna alegría con la que sentirnos, por fin, satisfechos. Problema de memoria que como muy bien explica el hijo es tanto el recuerdo de lo que ha hecho uno mismo, como el recuerdo de lo que hemos hecho todos. Y pone como testimonio a la nieta, que desde la altura de sus cuatro años espera poder disponer de la memoria total del abuelo.

El segundo, el revisionismo sobre el comunismo, o mejor dicho, sobre los comunistas. Revisionismo hecho ahora a menudo por quienes, sin ánimo político, revisan sus propias vidas o las de sus padres y se hacen las preguntas fundamentales de la vida: ¿fue necesario, fue útil? Lo que me ocurrió a mí por causa materna o materna, ¿valió la pena?

El primer asunto es más que evidente, el Alzheimer de Jordi Solé es la transfiguración de la anestesia obligada que las derechas y algunas izquierdas habían pensado aplicar a nuestro pasado más cercano. El objetivo es obvio, un enfermo de memoria, sea un sujeto único o un colectivo, no da más problemas que los de su alimentación (un eufemismo, claro, puesto que dejo los efectos sobre su entorno al margen). Los que lo sufren (es una forma de decir, puesto que parece que no sufren en realidad) dejan de ser “ellos”, su historia se funde, desaparece, se pierde. No hacen política. Quedan fuera de juego y, en realidad, el juego deja de serlo al carecer de contrincante válido.

El film habla de ello; desde la cercanía de Jordi Solé y su enfermedad vemos una patología social que responde al mismo objetivo: la desaparición de lo que somos. La desaparición de lo que hemos hecho. Las dos merecen el combate a fondo, aunque parezca no tener esperanzas. La lucha personal o familiar contra la enfermedad tiene pocas o ninguna esperanza hoy, pero hay de darla. La lucha contra la patología social si las tiene: recobrarnos a nosotros mismos, que cada uno sea el que es en la realidad.

El segundo comentario a propósito de los comunistas no es tan evidente, pero si igual de importante. ¿Qué son los comunistas, o qué fueron? Las respuestas que se leen o escuchan ahora tienden todas a olvidar la esencia de la historia y a centrarse exclusivamente en la apariencia más inmediata desde el hoy mismo. El comunismo fue o es, elegir, una política de combate y una posición racional por un bienestar colectivo. Una organización pensada para la guerra total. Construida a lo largo de un período histórico, desde mediados del 19 y hasta los años treinta del siglo pasado. Tiempo histórico de una dureza totalmente incomprensible para los que no lo vivieron y que ni los libros, ni la memoria verbal han conseguido salvar. Dureza social, policial, militar, colonial, racial, de clase, de sexo, política y al fondo una gran esperanza también. La forja fue esa. Los metales, hombres y mujeres que lo apostaron todo a un mundo mejor, tal vez porque no tenían nada que perder, salvo su orgullo humano. El fuego “purificador” fueron unas sociedades alejadas del desarrollo democrático y de la complejidad social del desarrollo como Rusia y China. Los efectos de todo ello, inconmensurables para bien o para mal, los vivimos todavía.

¿Valió la pena? Pregunta sin respuesta, como la que hacen los físicos al preguntar qué hubo antes del Big Bang. No hay lugar para la pregunta, puesto que la vida la hacemos cacho a cacho y tomamos las decisiones sin conocer el futuro, nuestro futuro. ¿Qué pensaría el hijo de un supuesto Jordi Solé si este no hubiera luchado por la democracia y por un mundo mejor y que se hubiera instalado en la comodidad de la cátedra, haciendo oídos sordos a la realidad circundante? ¿Hubiera valido la pena eso? Su padre podría haber errado en el grado de compromiso o en sus circunstancias concretas, pero no en el compromiso. Quien ha tenido cerca una persona vinculada a la lucha democrática o social ha tenido más que un padre o un hermano, ha tenido un ejemplo de lo mejor de lo humano a seguir.


A propósito de ello, reitero que no solemos encontrar entre los demócrata cristianos personas que se duelan de las decisiones adoptadas. Estaban, más o menos a verlas venir. Sus riesgos eran controlados y ciertamente ligeros con respecto a los que Jordi Solé tuvo que tomar. Lo mismo ocurre con otras corrientes políticas, con las excepciones personales ocasionales y dignas. Quien no tenía que arriesgarlo todo o casi todo, no corría el riesgo del balance posterior, ni el de la pregunta del hijo. Los comunistas, si. Y otros que por desgracia no fueron muchos también. Por ello, el hijo debe responderse que cada decisión valió la pena, aunque el coste personal y familiar fuera tan considerable, la apuesta a ganar era todo un futuro distinto y mejor para todos.

lunes, 7 de enero de 2008

ALERTA A LAS MASAS, EL CAPITALISMO SE ESTA DESTRUYENDO

Entiendo que la frase inicial, ironía basada en una creencia cuasi metafísica en la permanente crisis autodestructiva del capitalismo, queda perfectamente entendida por el avezado lector. De todos modos diré, no como autojustificación, que el “sistema” goza de consistente salud básica y tiene variados remedios y múltiples recursos para sus crisis periódicas, incluso a pesar de los tipos de interés y de los precios de la energía y de muchas materias primeras que están en estos momentos por las nubes. Otra cosa, como decimos en Pineda de Marx, son sus costes y quien acabará pagando el recibo.

Efectivamente cualquier lector atento a los noticiarios económicos constatará que algo grave está pasando. Los desajustes, por llamarlos de algún modo, en torno al sistema financiero (podríamos bautizarla la crisis hipotecaria) y el incremento del coste energético, sitúan la economía global en un punto de alarma justificada. El sistema financiero mundial (no existe tal, pero me permitirán una forma alegórica de síntesis) tiene dificultades en digerir unos años de alegrías crediticias y de altos beneficios, que ahora deben devolverse o en muchos casos disolverse en la nada.

El nivel real del problema parece que es desconocido, puesto que las mismas entidades afectadas hacen todo lo que posible para oscurecer realidades y cifras. De modo que semana tras semana las tensiones sorprenden al personal cualificado y las medidas que los agentes públicos estatales y universales toman quedan repetidamente cortas. Ahí hay una interesante contradicción entre los intereses (nunca mejor dicha esa alegoría) del sistema financiero que necesita tipos a bajo precio para sostener su difícil digestión hipotecaria y la inflación que va por barrios a unos tipos que empiezan a preocupar y para lo que lógicamente se necesita un tipo de interés creciente para “enfriar” los precios mediante el viejo sistema de reducir la demanda.

Por otro lado, la inflación se ve impulsada por una permanente subida del coste energético, que a diferencia de otras ocasiones anteriores, no parece que pueda empequeñecerse o estabilizarse por la reducción del consumo o por la aparición de alternativas (ahí el fantasma que recorre Europa en forma de más energía nuclear, que por cierto es tan dependiente de materias primeras estratégicas como las demás vecinas del barrio).

La India y la China están, en gran parte, detrás del incremento de precios por su enorme potencia productiva, que afecta a la energía y a cualquier fuente primaria de materia. Y tales países no parecen muy dispuestos al sacrificio. Incluso el problema se puede agravar debido a una conspicua coincidencia: las energías alternativas de base biológica (en calidad de substitutos a la alimentación humana o animal) se comen los precios de la alimentación básica, incluso en los países desarrollados. La idea de alimentos a precios bajos que ha calado en todas las economías avanzadas parece que puede haber terminado.

En todo caso y excluido simplemente por razones estadísticas el gran batacazo, nos queda una sonora reducción del crecimiento con fuertes impactos en las zonas desarrolladas que no estaban por la labor de un cambio de ciclo. El suceso acontece con novedades de relieve, puesto que la rapidez y la extensión del impacto han sido considerables y puestos en ello, parece que nadie sabe a ciencia cierta la dimensión posible de uno de los motores del gripaje: el sistema financiero desregulado y abandonado a su propia locura. Tampoco desmerece el reajuste de costes de materias primas y energía, en donde no aparece ningún mecanismo tranquilizador en lo inmediato.

En fin, sin ahorrarles preocupaciones, les invito al espectáculo de unos meses de gran interés científico y sobre todo político: ¿recuerdan las elecciones en España y en noviembre en la nueva Roma?

Como recordatorio práctico de lo que les digo les cito una sólida empresa inmobiliaria, Colonial, que hasta hace pocos meses pertenecía a la Caixa más insigne del mundo. Colonial en el momento de la venta de las acciones subió como la espuma. Un año, más o menos, después cierra a menos de la mitad. O la Caixa merece un oscar a la habilidad mercantil o hay muchos equivocados sueltos y lo que es peor con mando. Como no creo en las habilidades innatas, y la Caixa merece todos nuestros respetos por incompetente, lo cierto es que hay mucho tonto suelto. O el personal apuesta por el ladrillo sin entender un carajo, gobierno incluido.

Lluis Casas agorero.

viernes, 4 de enero de 2008

ALGO SE MUEVE O ALGUIEN SE MUEVE



En una especie de continuación del artículo sobre el congreso de Bali, les traigo a nuestro vecino francés, Mr. Sarkozy, ejerciendo realmente de jefe del estado con las prioridades en materia de cambio climático. Vean que se trata de prioridades ejercitables y comprobables, no de un mero enunciado de posibilidades que otros se encargaran de llevar a cabo. Un ejemplo de cara a nuestras próximas elecciones, en donde el caso no será tratado con esa precisión francesa. No comento más, puesto que dejo a los lectores la más absoluta libertad de interpretación y sobretodo de comparación. Un simple recordatorio, el señor que se compromete lo hace en tanto presidente de estado y auspiciado por las fuerzas de la derecha. No diré más.

Lluis Casas, enchanté.

Un alma trabajadora y benevolente nos ha facilitado el resumen que sigue, a ella, que estará encantada, nuestro agradecimiento más espontáneo.

“DISCURSO DEL EXCMO. SR. PRESIDENTE DE LA REPUBLICA FRANCESA EN OCASIÓN DE LA ENTREGA DE LAS CONCLUSIONES DE LA CONFERENCIA MULTIPARTITA MEDIOAMBIENTAL (“GRENELLE DE L’ENVIRONNEMENT”) Palacio del Eliseo, París. Jueves 25 de octubre de 2007

(Este acuerdo es fruto de un “diálogo a cinco voces” : los sindicatos, las empresas, las ONG, las autoridades electas y la administración, en concreto:

-organizaciones no gubernamentales encargadas de la ecología

-sindicatos que supieron apropiarse este tema;

-el sector rural que tuvo la valentía de dar marcha atrás con respecto a sus antiguas posiciones.

-las empresas que también aceptaron estar presentes en esta conferencia.

-las autoridades electas que comprendieron las exigencias de la población.)

Es necesario un New Deal económico y ecológico mundial. Este New Deal ecológico, Francia no lo realizará sola. Quiere hacerlo con Europa, a la cabeza de la política medioambiental europea, con la Comisión, con el Parlamento.

Ha llegado la hora de actuar. Hemos esperado demasiado. No podemos seguir esperando. Nuestra responsabilidad es ante todo moral e individual.

Como el Presidente Al GORE, no creo que podamos sustraernos a nuestros propios errores invocando los errores ajenos. Nuestro modelo de crecimiento está condenado. El mantenimiento de la paz mundial será imposible si no hacemos nada.

Tener pues la valentía de decir que el aumento del precio de los hidrocarburos será permanente. Hay que tener la valentía de decir que antes de finales de siglo ya no habrá más petróleo.

Hay que tener la valentía de reconocer que desconocemos todos los efectos a largo plazo de las 100.000 sustancias químicas comercializadas.

El principio de precaución no es un principio de inacción: es un principio de acción y de conocimientos especializados para reducir la incertidumbre.

El principio de precaución no es un principio de prohibición: es un principio de vigilancia y de transparencia. Debe interpretarse pues como un principio de responsabilidad.

COMPROMISOS PÚBLICOS:

1) Introducción de los costes ambientales –“emisiones” e “impacto en la biodiversidad” en todos los proyectos públicos. A partir de ahora todos los grandes proyectos públicos, todas las decisiones públicas se arbitrarán incluyendo su costo para el clima, su “costo en carbono”. Todas las decisiones públicas se arbitrarán incluyendo su costo para la diversidad biológica.

2) Inversión de la carga de la prueba de los impactos ambientales. Ya no serán las soluciones ecológicas las que tengan que demostrar que presentan un interés. Serán los proyectos no ecológicos los que tendrán que demostrar que no es posible hacerlo de otro modo. Las llamadas decisiones no ecológicas tendrán que motivarse y justificarse como el último recurso posible.

3) Política de transportes. La prioridad ya no será recuperar el atraso en materia de carreteras sino con respecto a los demás medios de transporte. Hoy el problema es la congestión del centro de las ciudades.

Va a reinstaurar la participación del Estado en la construcción de carriles de autobús, bicicletas y tranvías.

4) Con respecto a los transportes, nadie se inquietaba antes del costo de las carreteras. Podemos financiar los transportes alternativos reduciendo los fondos asignados a la construcción de carreteras.

5) Daremos más libertad a las colectividades locales para que decidan su propia política medioambiental. Tendrán que decidir libremente sobre la posibilidad de crear peajes urbanos…Y las que quieran ir más lejos, podrán solicitar una ley de experimentación.

6) Las vías férreas disponibles se dedicarán más al transporte de mercancías. Gracias a ello, en 2020 habrá 2 millones de camiones menos que atraviesen Francia de norte a sur. Vamos a rehabilitar el transporte fluvial y marítimo.

7) Que se cobre un impuesto a los camiones que atraviesan Francia y que utilizan nuestra red vial. Ese impuesto servirá para financiar los transportes colectivos.

8) Un impuesto ecológico anual para los vehículos nuevos más contaminantes, que permita financiar la desaparición de los automóviles viejos y contaminantes con una prima destinada a su destrucción, progresiva para ayudar a la compra de un vehículo no contaminante.

9) Política de gestión de desechos. La prioridad ya no será únicamente su eliminación sino su prevención. Tendremos en cuenta todas las propuestas que permitan prohibir los desechos inútiles, como los embalajes excesivos e innecesarios, y los someteremos a impuestos.

10) La prioridad ya no será la incineración de desechos sino su reciclado. Ya no habrá más proyectos de incineradores sin que la destrucción de los desechos sirva para producir energía.

11) la energía nuclear no tiene que ser la única solución al desafío climático. Nuestra primera prioridad, es reducir nuestras necesidades energéticas. De esta forma habrá una auténtica reducción del porcentaje de energía nuclear en nuestro consumo energético y también una reducción de las energías productoras de carbono,

12) fijar el objetivo superior al 95% de la energía eléctrica sin consecuencias para el clima, es decir, sin carbono.

13) Prioridad al desarrollo de biocarburantes de segunda generación, más pertinentes con respecto al desafío medioambiental y también alimentario.

14) Inversión en la investigación, en el progreso tecnológico, y en la evolución del comportamiento. Innovación y creatividad. Dedicaremos mil millones de euros en 4 años a las energías y los motores del futuro, la diversidad biológica y la salud medioambiental. Cada euro que gastemos en la investigación nuclear irá acompañado de un euro para la investigación en las tecnologías limpias y en la prevención de los daños al medio ambiente.

15) Reducir el consumo de energía de los edificios. Ya antes de 2012 todos los edificios nuevos que se construyan en Francia tendrán que cumplir con las llamadas normas de “bajo consumo”; y a partir de 2020 todos los edificios nuevos funcionarán con “energía positiva”, es decir, que producirán más energía que la que consumirán.

16) Duplicar la cantidad de edificios antiguos renovados cada año y alcanzar las 400.000 viviendas antiguas renovadas anualmente. Este programa comenzará con las 800.000 viviendas sociales que están degradadas hoy en día.

17) Para todos los aparatos electrodomésticos, televisores, equipos de audio y otros que originan un enorme aumento del presupuesto energético de los hogares. Cuando exista una alternativa a un precio razonable, se prohibirán los aparatos que consuman más energía. Lo pondremos en práctica a partir de 2010 para las bombillas incandescentes o las ventanas de cristal simple.

18) Emprender un programa nacional de lucha contra los elementos artificiales en los suelos. Los documentos de urbanismo y de planificación respetan el principio del mantenimiento de la diversidad biológica, incluso permitiendo medidas compensatorias.

19) Crear una red de espacios verdes en Francia y en Europa, que permita a las especies desarrollarse, migrar y sobrevivir a los cambios climáticos.

20) Cambios en la política agraria. No queremos una agricultura que agote los suelos ni una agricultura que utilice cada vez más productos químicos peligrosos. Se introducirá el tema por la presidencia francesa de la U.E. a partir de 2008, en ocasión del gran debate de orientación sobre los principios fundadores de la política agrícola común de 2013.

21) Un gran plan para la autonomía energética de las explotaciones agrícolas.

22) Ya es hora de tomar en serio el uso creciente de plaguicidas, de los cuales los agricultores son las primeras víctimas. Antes de un año se formulará un plan para reducir en un 50% el uso de plaguicidas, cuya peligrosidad es bien conocida, en los próximos diez años, de ser posible.

23) Se suspenden los cultivos comerciales de los OMG que se utilizan como plaguicidas. Y ello en espera de las conclusiones de un estudio especializado que realice una nueva instancia.

24) Todos los comedores de instituciones públicas propondrán al menos una vez por semana una comida con productos procedentes de la agricultura biológica; los pliegos de condiciones de los restaurantes de las colectividades deberán imponer productos de calidad o procedentes de explotaciones homologadas.

25) Reforzar el principio de responsabilidad por las consecuencias ambientales de las actividades económicas y políticas. El que contamina los ríos durante años, el que elabora y vende un producto químico, el que crea un nuevo producto genético, debe ser responsable de sus actos, incluso años después, si ocurre un drama.

26) Eliminar los obstáculos jurídicos para poder ir a buscar a los responsables de la contaminación allí donde se encuentren. No es admisible que una casa matriz no sea responsable de los daños al medio ambiente causados por sus filiales. No es aceptable que el principio de responsabilidad limitada se convierta en un pretexto para una irresponsabilidad ilimitada

27) CONTRATOS PÚBLICOS: A partir de 2008 todos los ministerios y todas las administraciones harán un balance de carbono y emprenderán un plan para mejorar en un 20% su eficacia energética, y el código de licitaciones públicas será reformado para que las cláusulas medioambientales ya no sean facultativas sino obligatorias. Todos los proyectos de edificios públicos respetarán las mejores normas de rendimiento energético. Y a partir de 2009 todos los vehículos nuevos de las administraciones no tendrán que producir contaminación.

CONSIDERACIONES GENERALES DE POLÍTICA ECONÓMICA

Este gran programa no es un gasto sino una inversión. Es la inversión más rentable que podemos hacer hoy. Asimilar la política ecológica a una “marcha atrás” es una impostura.

Hay que invertir masivamente para crear las condiciones del crecimiento del futuro. Por ello vamos a elaborar un gran programa nacional de desarrollo sostenible. La solución no está en la acumulación de los gastos públicos y de los impuestos. Lograremos el éxito con las inversiones

Queremos una política de incitación.

La conferencia multipartita fue un excelente revelador. Los franceses esperan un gran vuelco ecológico. Eso, claro está, suscita sospechas. Pero el principal desafío no reside en convencer; el principal desafío es decidir.

Crear un derecho a la alternativa para todos. Las decisiones medioambientales no deben dejar a nadie en un callejón sin salida ni en una situación insostenible.

La contaminación representa un costo para la sociedad. La contaminación es una deuda que legamos a nuestros hijos.

Hay que dejar de concebir la fiscalidad ecológica como un instrumento para financiar los gastos adicionales del Estado; que los impuestos destinados al medio ambiente se utilicen para la financiación del mismo.

Para incitar a cambiar de comportamiento, no encontramos nada mejor que el sistema de precios. Hoy, los precios no reflejan la realidad de la contaminación ni de la escasez.

Se propone etiquetar los productos de consumo habitual para indicar su costo en carbono, como un primer paso, pero hay que ir más lejos, hay que plantear la cuestión del precio del carbono: no es normal que un producto que da la vuelta al mundo sea más barato que un producto local porque el precio de su transporte y de su producción no tiene en cuenta sus emisiones de gas a efecto de invernadero.

Combatir el dumping ambiental a nivel mundial. Los países de la Unión Europea han sido los primeros en aplicar a nuestras principales empresas un sistema de cuotas para limitar sus emisiones nefastas para el clima, pero no es normal que los competidores que importan los mismos productos a Europa no estén sujetos a ninguna obligación.

Propuesta de que en un plazo de seis meses, la Unión Europea debata lo que significa una competencia leal. El dumping medioambiental no es una práctica leal, es un problema europeo que debemos plantearnos. Estudiar la posibilidad de cobrar impuestos a los productos importados de los países que no respetan el Protocolo de Kyoto. Nosotros impusimos normas medioambientales a nuestros productores. No es normal que sus competidores puedan quedar totalmente exentos.

Se necesita estudiar la creación de un impuesto “clima-energía”, es decir, un impuesto sobre las energías fósiles, pero con la limitación de que cualquier fiscalidad adicional que recaiga en los hogares y las empresas, debe estar estrictamente compensado.

La fiscalidad ecológica no tiene sentido a menos que permita un cambio de nuestro comportamiento. Sólo tiene sentido si favorece nuevas formas de producción e innovaciones.

Cuando existe un producto “limpio”, debe costar menos que uno contaminante: propuesta de crear un IVA reducido para los productos que respeten el clima y la diversidad biológica.

Gravar más la contaminación, en particular las energías fósiles, y gravar menos el trabajo.

Le corresponderá pues al Parlamento adoptar una ley programática que determinará los principios y los objetivos de la política francesa de desarrollo sostenible a largo plazo.”