miércoles, 11 de julio de 2012

SUBASTA DE LO PÚBLICO, COMIDA PARA BUITRES



Como ustedes ya habrán podido ver en los medios, se está celebrando una carrera de obstáculos entre las diferentes administraciones para “colocar” entidades públicas de la importancia de AENA, Aigües Ter Llobregat y otras muchas.
El asunto está sojuzgado por tres idees, por llamarlas de alguna manera: una el espíritu liberal de nuestros gobernantes (al margen de si son PP, PSOE o CIU, puesto que todos ellos son de esta cuerda); dos, las necesidades financieras que la negativa a extender el pago de impuestos a todos (los ricos) implica; y tres, al cuento de niños sobre que la gestión privada es más eficiente y garantiza mejores servicios.
En otras ocasiones he aportado argumentos, e incluso pruebas, de que eso no es así. En realidad nos encontramos en un paradigma de robo, estafa o llámenle como quieran, de quienes quieren comerse todo el pastel de la economía, empresarios, financieros, etc. que llegan incluso a distancias siderales de nuestro suelo “nacional”. Probablemente tengamos finalmente una sanidad en manos norteamericanas en gran parte. Todos sabemos lo cuidadosos que son los norteamericanos en materia de salud, sobre todo con la que disfrutan aquellos cuyas rentas están sobre los 6 ceros detrás de una primera cifra.
Hoy, abandonando la tabarra habitual, me centraré en la explicación de una parte de este pastel, mejor dicho, en una parte de la elaboración de este pastel tan apetitoso para los mercados y otros tahúres del Mississippi. Voy a referirme a la gran mentira de los concursos privatizadores de la gestión en los cuales el futuro (y a menudo probable) adjudicatario paga unos buenos millones a la administración de turno. Así de claro, y si alguien dice que es mentira ¡que lleve a los tribunales al propietario de este blog!
Bien, el sistema es este: sale a concurso, por ejemplo Aigues Ter-Llobregat, la suministradora de agua pública, ejemplo de la buena gestión del agua en todo el mundo, aunque lamentablemente ahogada por falta de aportación financiera, de tal modo que ha acumulado una deuda importante. A cambio tenemos la garantía del suministro, las desaladoras, y una calidad más bien aceptable del agua, así como un programa de recuperación de los cursos de agua afectados, el Ter y el Llobregat. Ambos, a pesar, de su distancia sobre el Ródano, perfectamente capaces de aportar un tanto de nuestras necesidades. Todo ello se ha realizado en un periodo de tiempo razonable y sin excesivas destrucciones del medio natural.
Bien, queda claro que el problema no está en la gestión técnica, ni en los proyectos, ni siquiera en las necesidades de inversión inmediatas. El problema es que hemos (han) preferido financiar autovías, periódicos privados de derechas y otras mandangas por encima de un elemento estratégico como es el agua.
Todo hay que decirlo, ATLL es una creación pujolista, fíjense bien, pujolista, no convergente. Pero CIU tiene compromisos con sus friends empresarios, con sus friends financieros, con unas empresas (o empresa) que siempre han aspirado a hacerse con el monopolio del agua. Tendencia perfectamente definida por el conjunto de barbudos que todos conocemos. Repito: si alguien dice que es mentira ¡que lleve a los tribunales al propietario de este blog!
En este caso, además, se trata de un bien público tan imprescindible como el aire (cosa que ya llegará, su gestión privada, ya lo verán), el agua no solo es la base de la vida, incluso la humana, puesto que en la cadena de producción del whisky también aparece en abundancia, sino que es fundamental para la planificación territorial y por ende para la valorización de los terrenos, hoy patatales, mañana, tal vez, centro de negocios o casinos.
Vean pues la importancia de lo que estamos tratando.
Pues bien, en estos momentos nuestro capitán araña, Don Artur Mas, prepara la transferencia de esta entidad liquida al mundo de las maravillas privadas. Primero ha tenido que convencer a determinados socios políticos para no quedarse como tantas veces con el saludo despreciado, después ha decidido comerse la totalidad de la deuda de ATLL para facilitar el acceso privado y pronto se producirá el anuncio convocatorio mediante el cual los interesados, por ejemplo ustedes y yo, podemos acceder a hacernos con la gestión del agua catalana mediante el pago de un canon que no será escaso de ceros.
Ahora vienen las preguntas. Si ATLL está técnicamente bien gestionada, si su deuda va a ser absorbida por el gobierno, ¿para qué necesitamos que algún pretendiente a una dote se nos meta en casa? Y en tal caso, ¿para qué tiene que venir él con una dote?
Primera respuesta, no hay pretendientes para una casadera con barriga (las deudas), de modo que los padres asumen el asunto y liberan el fruto del cuidado del pretendiente. Tenemos ya una casadera sin cargas extrañas. De modo que los pretendientes pueden afluir a mansalva sabiendo que poco esfuerzo necesitaran para generar beneficios.
Segunda respuesta, la aportación de dote (canon) por parte del novio (una aberración donde las haya) supone una inyección de dinero para el gobierno que podrá, por ejemplo, hacerse cargo de ciertas deudas del Sr. Godó o de las expropiaciones caras que el sr.  Adelson pueda encontrar en su proyecto de futuro para Catalunya.
Y ese dinero, de dónde se recupera, me dirán ustedes. La cosa es bien simple. El precio del agua de ATLL se encarecerá en la medida del canon o dote aportado. Todos los consumidores de ese bien tan poco respetado pondremos mensualmente a disposición del gestor privado un incremento de no te menees. Supongamos un 25% más como simple hipótesis.
Pero eso no es todo. ATLL como empresa pública no busca beneficio económico, en todo caso cubre los costes de explotación, las amortizaciones y los intereses del capital y poco más. La empresa privada que se haga cargo de ella añadirá un porcentaje para cubrir los beneficios para sus accionistas, propietarios y ejecutivos. Pongamos como poco otro 20% bruto.
Pero no hemos terminado. Si recuerdan, la deuda acumulada ya no es de ATLL, sino del gobierno, pero que deberá pagarse, con lo que tendremos la tercera parte del polinomio: el gobierno destinará fondos que saldrán de algún recorte sin importancia, por ejemplo los tejados de las escuelas (un país con buen tiempo para que los necesita), para pagar a las entidades bancarias que en su día ofrecieron los créditos con los que se ha construido una infraestructura de abastecimiento casi ejemplar.
Si tienen ganas de pasar un mal rato, sumen porcentajes, cojan su recibo del agua y calculen incidencias. Después pueden hacer varias cosas beber al más puro estilo de supervivencia marina (la orina para los no expertos), acumular el agua de lluvia, no lavar más que los calzoncillos y con prudencia o cabrearse más. De hecho esto último es perfectamente compatible con todo lo demás. Por cierto me olvido de una última medida, una forma de utilización del agua que ha durado miles de años, y es ir a buscar agua a la fuente. Yo mismo he sido testigo y actor de las reatas de mulas cargadas con los enormes cantaros que permitían tener agua en casa. O, si miran ciertas fotos o memorias de los años cincuenta o sesenta en la misma Barcelona, de las colas para lavarse en la única fuente del barrio.
En fin, ya ven, todo un futuro patrocinado por esos premios nobel de nuestro gobierno.
Para qué vamos a continuar. Se repite ad nauseam: ¿Qué no es verdad? Pues ¡a los tribunales!

Lluís Casas, que en previsión se lleva al trabajo una garrafita para llenarla en la fuente de la planta cuatro e ir llenando la bañera. Previsor que es uno.

Post data.  Respuesta del titular de este blog.

Mi querido don Lluis, ¿Qué nos jugamos a que no acuden a los tribunales estos buitres de la pradera?