jueves, 19 de mayo de 2011

QUERIDOS ACAMPADOS, VIGILAD









SIMPLEMENTE UN COMENTARIO DE URGENCIA

En una semana en la que les he llenado de papeles escritos no alargaré la tabarra, pero, oigan, lo que sigue es importante y no puedo resistirme a comentárselo.

Después de la manifestación del sábado, protagonizada por la oposición que quiere ser política, que entiende que hay que hacer política: protesta, propuesta, organización y poder para cambiar las cosas. La derecha nacionalista salió en trompa para descalificarla. Ahí está, como les dije, la pareja de baile de Mas y Duran Lleida. Una descalificación rotunda, irreflexiva, injusta y mentirosa. Hablaron contra el enemigo, lo que ellos consideran el peor enemigo.

También les cité, el nuevo movimiento de protesta más radical iniciado el domingo en toda España, que roza la negación de la política. Y lo hice entendiéndolo, aceptándolo y pensando que debe haber confluencia entre el primero y el segundo para que las cosas no se tuerzan más.

Bien, lo importante es que la derecha ha vuelto a actuar, el Sr., Duran Lleida, lleno de ternura, nos dice que entiende ese movimiento, que comprende sus razones. Parece ser que estaba feliz y contento con las ocupaciones urbanas y con los eslóganes de “no hay suficiente pan para tanto chorizo”. Tal vez no ha atendido que eso se lo decían a el (aunque no en exclusiva). Todo ello, después de ciertos rife rafe en torno a si se debe clausurar policialmente esa protesta y quien debe asumir sus costes. CIU no quiere e intentará que la Junta electoral sea, también, compresiva con los chicos.

Lo interesante del asunto es la utilización por parte de CIU y de otras derechas de dos varas de medir: la negación de lo del sábado y la paternalista compresión de lo que se empieza a cocer desde el domingo.

Apunto a una primera y parcial explicación: la actitud de protesta comprensible y altamente coparticipada por muchos de que el mundo de los políticos huele fatal y que hay que removerlo todo, está tan cerca del no votes, en un contexto social de proximidad con las ideas fundamentales de la izquierda (es decir son votantes del cambio político en potencia), que la derecha ha pensado que la acción terminará por darles un porcentaje de voto y un poder municipal y autonómico mucho mayor. Después lo utilizaran para ampliar recortes sociales y para elevar a santo y a presidente o alcalde al corrupto o el racista que muchos de ellos llevan dentro.

Los nuevos manifestantes deben seguir, claro que si, pero deben ser más meticulosos en su análisis, puesto que pueden, no queriéndolo, facilitar la acción del neoliberalismo. Todo un reto para ellos y para los que pensando parecido también somos partidarios de la acción política, las elecciones y el voto.

Creo que este fin de semana me iré un rato a Plaça Catalunya.

Lluis Casas ojeador.