jueves, 17 de septiembre de 2009

EL LIBERALISMO TODAVÍA CAMPA A SUS ANCHAS






EL LIBERALISMO[1] TODAVIA CAMPA A SUS ANCHAS


Y continúa haciendo daño.


La verdad sea dicha, a un escaso año de la explosión principal de la crisis financiera (el escándalo de Lehman Brothers) se me ocurren tres cosas a comentar y reflexionar: la primera es que me parecía que la distancia temporal era mucha más que esos escasos doce meses; la segunda, que la situación se clarificaba en beneficio de las corrientes más sociales del capitalismo (si me autorizan a utilizar esa extraña expresión sobre ese sorprendente sistema de depredación); y la tercera, que la predicción más optimista apostaba a que todo iría peor de lo que ha ido, si también me permiten ese alegre término que aleja de la conciencia crítica a la muchedumbre sin trabajo.


Lo del tiempo, claro está, tiene una explicación racional a causa de los muchos acontecimientos que se han dado cita en ese corto periodo; el principal, sin ninguna duda, es el advenimiento en los USA de un Presidente negro y claramente preocupado por la situación social de su país y de las consecuencias que se derivarían de una crisis al viejo estilo del 29. Un Presidente que ha arrastrado a la comunidad internacional a tomar decisiones que en otro momento hubieran sido imposibles o como mínimo sorprendentes. Al carro obamiano se han añadido personajes de distinto pelaje pero que entraban también a ciertos toros prohibidos en otra hora, algunos más agitados en su deseo de novedad que los propuestos por el propio Obama. Casos como el incontinente Sarkozy, por ejemplo, que continúa con su campaña de sorpresas verbales a las que siguen, debemos reconocerlo, propuestas jurídicas que nunca esperaríamos de un conservador como él. Añado esas magnas reuniones a principio de verano, en donde quien cuenta en el mundo pudo ayudar a definir, mal que bien, estrategias racionales (dentro del sistema) que funcionaron como colofón de la mucha agitación habida hasta entonces.


Lo de las corrientes sociales capitalistas tiene otro color. Es un modo de presentar las propuestas reformistas en absoluto radicales respecto a la base del sistema económico, pero de un cierto radicalismo como elementos rompedores de una legitimidad ideológica basada en el campe usted por donde quiera y el Estado es –como la falsa monea-- malo por completo. Finalmente el Estado ha salvado la situación (de momento) y la iniciativa privada ha logrado en el caso del sistema bancario y de las grandes empresas automovilísticas una ayuda colectiva que ha evitado una debacle solemne. En suma, el gasto público ha sostenido dentro de lo posible a la moneda y ha puesto unas bases para una probable recuperación de la que hay que conocer todavía las características de cambio. Pues de cambio va a ser lo que surja.


Un año después uno esperaría grandes autocríticas por parte de los culpables principales (por no decir directamente la cárcel o cangrí), una cierta revisión de los planteamientos liberales a ultranza, un reconocimiento de que sin el estado no hay nada que hacer, etc. Pues bien, nada de nada. Los presuntos culpables, algunos históricos como la Thatcher siguen aferrados a su complaciente teoría de la nada. Ese monstruo del intelecto de Bush y su plataforma de radicales neoliberales han agarrado garrulamente el garrote de hacer daño y no piensan soltarlo. Sea para impedir un sistema de cierta dignidad humana en la salud norteamericana, o sea para lo que sea. Su eslogan es de una clarividencia imposible, Obama es una mezcla de Lenin y Hitler. No la aciertan ni con las fechas. Ahora bien, peligrosos lo son un montón. Algunos de los grandes técnicos que han conducido al mundo por la senda de los elefantes…hacia un cementerio cierto, entre ellos el que preside la reserva federal, van soltando lastre con todo el cuidado del mundo. No sea que se produzca un milagro que tumbe la presidencia actual o la obligue a tomar astringentes a kilos. Los mismos colectivos de empresarios, banqueros, etc. hacen ver que no ha pasado nada y tienden a culpar a los trabajadores con las medidas más radicales sobre pensiones, contratos, etc. Sobretodo en España, en donde no parece que nada haya ocurrido con el inframundo inmobiliario, con las hipotecas, con la productividad provinente de la inversión, de la propia organización efectiva de las empresas y un largo etcétera de nunca acabar. El debate en los medios y en las cúpulas es simplemente la reforma de los contratos, los salarios, etc.


Por eso les digo que, ¡ojo! El liberalismo más peligroso todavía anda suelto y puede hacer mucho más daño del que ha hecho. Y si no que se lo explique ese insigne economista que luce en Barcelona un chaquetismo de colores y una agresividad verbal contra todo lo colectivo digno de un anarquista burgués. Se rumorea que le quieren poner algunos como sucesor de Laporta I del Maresme y V del Garraf a la presidencia del Barça. Si tal caballero llega a tal responsabilidad, abandono esa religión y me hago del Toronto FC.



Lluís Casas, memorialista a corto plazo.




Radio Parapanda emite un aria del Don Carlo (Verdi):
Cesare Siepi "Ella giammai m'amo" Live 1985





[1] El término se refiere, como queda claro en otros artículos a propósito, al pensamiento ultraliberal que niega el pan y la sal al esfuerzo colectivo y al papel central del estado en la economía y en el mundo de la protección social y la regulación. En los USA, los llamados liberales se acercan a lo que en Europa podrían ser los socialdemócratas, salvadas las distancias oceánicas entre ambos continentes. Los Kennedy hasta ahora mismito o el mismo Obama.