jueves, 10 de junio de 2010

ACLARACIONES FISCALES





A menudo algunas pequeñas noticias, que se pierden en el mar de los sargazos de la prensa diaria, dan oportunidades a explicaciones alternativas a las impuestas por el (des)orden mediático y financiero.


Si hacemos caso a lo que viene a continuación, y no hay motivo para dudarlo, la crisis fiscal se demuestra expresamente falsa.


Dice la prensa, a propósito del
caso Pretoria', que un individuo afecto al caso, pero no bajo jurisdicción judicial, ha pactado con la Agencia Tributaria el pago de 23 millones de euros para liquidar sus presuntas deudas al fisco. Para los que como yo hemos llegado veteranos al euro traduciré la cifra: son cerca de cuatro mil millones de pesetas. El equivalente a unas 1.500 pensiones medias anuales. Una cifra superior al ahorro fiscal de algunas propuestas gubernamentales.


Me ha sorprendido el escaso eco de la noticia entre los periodistas. Yo siempre peco de optimista frente a la inteligencia y honestidad de la prensa. También me ha dejado perplejo que tampoco haya suscitado comentario alguno en terreno de la política. Así pues voy a hacerlo yo.


Ese caso, y el siguiente que citaré, demuestra que si se aplica adecuadamente la norma fiscal y se persigue el delito, los ingresos fluyen en cantidades significativas. Les recuerdo un artículo del que firma de hace unos meses sobre lo que comentaban los técnicos fiscales respecto al enorme margen recaudatorio que tiene el país sobre los que evitan y escabullen el pago de los impuestos:
EL FISCO NUESTRO DE CADA DÍA. EL ESCÁNDALO NUESTRO DE CADA DÍA. Ese artículo, la información sobre la que se escribió y ese caso aparecido recientemente son componentes sólidos del argumento que no habría crisis fiscal si el estado federal hiciera lo que debe hacer, perseguir y evitar el fraude fiscal.
No les habló ya de subir los impuestos a los ricos, simplemente de hacer cumplir la ley. Tampoco me refiero a la necesaria desaparición de refugios fiscales legales, como las SICAV, que ayudan a los pobres ricos en patrimonios monumentales a pagar el 1% solamente. No es ni siquiera una cifra eclesial, de cuando la iglesia cobraba impuestos, creo que estaba en torno del 10%. Simplemente con la regularización de esos pagos a cargo de los delincuentes fiscales, que para mi son peores que otros delincuentes, las pensiones y el pago de la deuda no tendrían problemas.


Es así de claro. Y así de fácil.


Para rematar la jugada les comento que en Les Illes (Las Baleares, para quien ande despistado) se ha procedido a la detención de un fraudulento fiscal de tomo y lomo, además de causante de otros muchos delitos no menores. El hombre, por llamarlo de algún modo que, por descontado, no merece, no había pagado nunca ni al fisco, ni a la seguridad social. Era/es un empresario turístico con muchos establecimientos y una presencia social conocida. Esperemos a ver qué deuda se desprende de la detención, pero la cifra, pactada o no, será de aúpa.


¿Por qué es así de fácil defraudar? La respuesta es simple, por que los gobiernos con responsabilidades fiscales lo permiten, lo toleran o, incluso, lo impulsan.


Que no nos hablen de crisis fiscal, lo que hay es crisis de honradez.


Lluis Casas, pechero.