He esperado algunas semanas para comentar lo que sigue, no fuera a suceder que de nuevo el arte de birlibirloque cambiara el rumbo del asunto. Hoy parece que ya no hay esa posibilidad, aunque vayan ustedes a saber. Considero que lo que está ocurriendo es absolutamente sorprendente. Dejar en la estacada a todo un gobierno alemán no es moco de pavo, pero ahí tienen.
Lo que son las cosas. Cuando el gobierno alemán daba por cerrada la venta de OPEL a un sorprendente consorcio (con componentes parecidos a una macedonia de frutas) y se congratulaba de lo bien que les había ido el asunto a las fábricas ubicadas en Alemania, una reacción del gigante herido, General Motor Company, lo ha echado todo al traste. GMC ha recuperado la iniciativa perdida respecto a la venta de Opel y lo ha hecho a lo grande, negando la mayor, ya no hay venta que valga y GMC seguirá ejerciendo de sede madre con una OPEL exclusivamente suya.
Probablemente el batacazo que se pegó la mayor empresa automovilística del mundo con una crisis de producción, de comercialización y de tecnología supuso un serio ensimismamiento de su ejecutivo que le llevó a aceptar las soluciones que se le proponían desde fuera y en función de intereses que no eran los suyos propios. En este caso el gobierno alemán era decisivo, puesto que Opel tiene sede alemana y sus centros de inteligencia hablan alemán, todo y que su producción está mayormente en otras partes, entre ellas Zaragoza, la mejor fábrica de la empresa. La Merkel supuso que podía garantizar las sedes alemanas a costa de la fabricación en Bélgica, Gran Bretaña y España.
Como saben ustedes, el debate entre el hipotético comprador y los sindicatos fue de aúpa, y algunas de las maniobras de expulsión de costes de Alemania hacia otros tuvieron que matizarse muchísimo.
La reacción de la GMC ha tenido una componente política de primer nivel. De hecho la rebelión del elefante ha llegado después de las elecciones alemanas, no antes, cosa que hubiera generado algunos cambios significativos en el parlamento alemán. GMC le ha quitado a Merkel un caramelo después de que ella lo pudiese usar y ganar las elecciones. Una maniobra, la de GMC, perfecta.
De todo ello cabe deducir que los dineros aportados por OBAMA a la central americana han dado sus frutos, que los cambios internos en los USA también y que bien mirado la Opel tenía tecnología y capacidad para luchar en Europa. Sin ella la GMC quedaba a merced de su producción en otros continentes y francamente coja en la UE. Si observamos lo que ha ido ocurriendo esos meses de crisis observaremos que Opel ha puesto en el mercado tres nuevos modelos (toda una demostración de capacidad), que están hoy en día en la punta de la tecnología tradicional automovilística: el Corsa, el Insignia y el Astra. Los tres cubren casi toda la producción Opel. Seria de estúpidos pensar que con esos lanzamientos no valía la pena luchar por la continuidad. Y así lo han hecho.
A nuestro ministro de la industria nacional le ha cambiado la cara con esa sorpresiva operación. Lo que cuenta todavía en este mundo es lo que pasa en el patio de mi casa , y en ese patio la planta de Zaragoza significa la vida o la muerte de una región casi al completo (a falta de saber qué tontería turística hace el gobierno aragonés en los Monegros).
De modo, pues, que tenemos una Opel americana de nuevo y que, por lo que parece, Zaragoza se salva. Esperemos a ver por donde sale la Merkel, aunque es muy probable que mire hacia otro lado.
El asunto, así como otros del mismo tipo, aunque de calibre distinto, va hacia la conservación de la industria automovilística actual con retoques pero sin grandes cambios. Simplemente la entrada de FIAT en Chrysler recordando la operación anterior de Mercedes. Por todo lo demás, todo igual.
Yo no pienso que sea posible un ajuste sin ajuste, al menos eso nos tememos en Parapanda. La capacidad de producción mundial es excesiva, e incluso está a la espera de que las empresas chinas e indias empiecen a inundar los mercados de verdad. Si ello es así, las decisiones actuales están alargando la crisis real. O sea, la desaparición de capacidad productiva y, es lo de menos, el número de marcas aparente.
Con ello, haría bien el ministro de industria en no abandonar el despliegue industrial alternativo a la producción de automóviles. España es un productor excesivo con ninguna capacidad de decisión sobre las plantas existentes, pues pertenecen todas ellas a empresas del exterior patrio. El riesgo ha sido muy grande, SEAT y OPEL en primer lugar, pero no olvidemos que Citröen, Peugeot y Ford en circunstancias menos límites han tomado decisiones que hoy por hoy tranquilizan a nuestro gobierno, pero eso es solo de momento.
El consejo hay que hacerlo extensivo a los sindicatos, la lucha por cada modelo, la lucha por cada crisis no se saldará con la tranquilidad aparente de la de hoy, puesto que todos han aplazado el gran cambio.
Lluis Casas observador en la autopista
Radio Parapanda. Javier López nos dice: ALEMANIA COMBATE LA CRISIS: LA KURZARBEIT
Lo que son las cosas. Cuando el gobierno alemán daba por cerrada la venta de OPEL a un sorprendente consorcio (con componentes parecidos a una macedonia de frutas) y se congratulaba de lo bien que les había ido el asunto a las fábricas ubicadas en Alemania, una reacción del gigante herido, General Motor Company, lo ha echado todo al traste. GMC ha recuperado la iniciativa perdida respecto a la venta de Opel y lo ha hecho a lo grande, negando la mayor, ya no hay venta que valga y GMC seguirá ejerciendo de sede madre con una OPEL exclusivamente suya.
Probablemente el batacazo que se pegó la mayor empresa automovilística del mundo con una crisis de producción, de comercialización y de tecnología supuso un serio ensimismamiento de su ejecutivo que le llevó a aceptar las soluciones que se le proponían desde fuera y en función de intereses que no eran los suyos propios. En este caso el gobierno alemán era decisivo, puesto que Opel tiene sede alemana y sus centros de inteligencia hablan alemán, todo y que su producción está mayormente en otras partes, entre ellas Zaragoza, la mejor fábrica de la empresa. La Merkel supuso que podía garantizar las sedes alemanas a costa de la fabricación en Bélgica, Gran Bretaña y España.
Como saben ustedes, el debate entre el hipotético comprador y los sindicatos fue de aúpa, y algunas de las maniobras de expulsión de costes de Alemania hacia otros tuvieron que matizarse muchísimo.
La reacción de la GMC ha tenido una componente política de primer nivel. De hecho la rebelión del elefante ha llegado después de las elecciones alemanas, no antes, cosa que hubiera generado algunos cambios significativos en el parlamento alemán. GMC le ha quitado a Merkel un caramelo después de que ella lo pudiese usar y ganar las elecciones. Una maniobra, la de GMC, perfecta.
De todo ello cabe deducir que los dineros aportados por OBAMA a la central americana han dado sus frutos, que los cambios internos en los USA también y que bien mirado la Opel tenía tecnología y capacidad para luchar en Europa. Sin ella la GMC quedaba a merced de su producción en otros continentes y francamente coja en la UE. Si observamos lo que ha ido ocurriendo esos meses de crisis observaremos que Opel ha puesto en el mercado tres nuevos modelos (toda una demostración de capacidad), que están hoy en día en la punta de la tecnología tradicional automovilística: el Corsa, el Insignia y el Astra. Los tres cubren casi toda la producción Opel. Seria de estúpidos pensar que con esos lanzamientos no valía la pena luchar por la continuidad. Y así lo han hecho.
A nuestro ministro de la industria nacional le ha cambiado la cara con esa sorpresiva operación. Lo que cuenta todavía en este mundo es lo que pasa en el patio de mi casa , y en ese patio la planta de Zaragoza significa la vida o la muerte de una región casi al completo (a falta de saber qué tontería turística hace el gobierno aragonés en los Monegros).
De modo, pues, que tenemos una Opel americana de nuevo y que, por lo que parece, Zaragoza se salva. Esperemos a ver por donde sale la Merkel, aunque es muy probable que mire hacia otro lado.
El asunto, así como otros del mismo tipo, aunque de calibre distinto, va hacia la conservación de la industria automovilística actual con retoques pero sin grandes cambios. Simplemente la entrada de FIAT en Chrysler recordando la operación anterior de Mercedes. Por todo lo demás, todo igual.
Yo no pienso que sea posible un ajuste sin ajuste, al menos eso nos tememos en Parapanda. La capacidad de producción mundial es excesiva, e incluso está a la espera de que las empresas chinas e indias empiecen a inundar los mercados de verdad. Si ello es así, las decisiones actuales están alargando la crisis real. O sea, la desaparición de capacidad productiva y, es lo de menos, el número de marcas aparente.
Con ello, haría bien el ministro de industria en no abandonar el despliegue industrial alternativo a la producción de automóviles. España es un productor excesivo con ninguna capacidad de decisión sobre las plantas existentes, pues pertenecen todas ellas a empresas del exterior patrio. El riesgo ha sido muy grande, SEAT y OPEL en primer lugar, pero no olvidemos que Citröen, Peugeot y Ford en circunstancias menos límites han tomado decisiones que hoy por hoy tranquilizan a nuestro gobierno, pero eso es solo de momento.
El consejo hay que hacerlo extensivo a los sindicatos, la lucha por cada modelo, la lucha por cada crisis no se saldará con la tranquilidad aparente de la de hoy, puesto que todos han aplazado el gran cambio.
Lluis Casas observador en la autopista
Radio Parapanda. Javier López nos dice: ALEMANIA COMBATE LA CRISIS: LA KURZARBEIT