viernes, 12 de diciembre de 2008

PENSANDO EL FUTURO: Polémica con el editor de Metiendo bulla

Don Lluis Casas




La réplica parapandesa al último articulillo de un servidor, en la parte de comentario a lo escrito por Jordi Borja, QUERIDO JORDI BORJA. ¿Qué queda de las nieves de antaño?, me hace poner por escrito algunos trozos de pensamiento sobre el futuro. Coincide también con lo que acabo de leer en El País, de Joan Subirats, titulado “cambiando sin saber hacia dónde”. Resumo la polémica, si la hubiere.

Borja reclama política de izquierdas, asumiendo que esta está vacante por deserción.

El editor del Blog en su estilo más bullanguero alerta que las políticas a aplicar no son las que eran o las que creemos que eran. El tiempo pasa, la economía y la sociedad cambian y las políticas, pues eso, se adaptan. Los poetas franceses medievales añoraban el pasado y es porque no sabían por qué futuro luchar. También el parapandeño arguye que más vale loco conocido que cuerdo por conocer.

Subirats añade un órdago. Dice que en el fondo la crisis ha acabado con un modelo social y económico, que no volverá. Así pues, los intentos de rehacer lo que fue son vanos y hay que buscar soluciones nuevas. Añade la descripción de la profunda destrucción de lo social y lo colectivo que ha producido el capitalismo de final de siglo. Interpreto que lo añade para explicar las dificultades de armar las alternativas.

Hasta aquí los hechos explicados desde el rincón de cada cual. Los cuatro rincones aludidos (yo me añado) miran hacia lo mismo, qué hacer y cómo. Y tienen, para tranquilidad de todos, una misma experiencia política y social. La izquierda comunista y democrática europea, que podríamos definir como la izquierda partidaria de reformas profundas, pero sin revolución (o mejor sin mala revolución). Una opción basada en el equilibrio entre costes y beneficios, como un economista lo explicaría.

Las respuestas al cúmulo de preguntas que surgen no están en ningún manual, aunque es posible que algo de historia y de economía sean útiles para componerlas.

Me voy a atrever a decir algunas cosas que, pienso yo, deberían estar en la base de las respuestas. Una salida liberal, al estilo que proponen las grandes empresas en crisis, no es posible. No se rehará el modelo de producción en masa con costes decrecientes a base de reducción de salarios y eliminación del amparo social. Es un modelo de mutua eliminación. NISSAN necesita capacidad de compra para sus vehículos y esta se genera con salarios dignos. Ahí está en núcleo de la contradicción.


1. Tampoco es posible una economía de gestión centralizada, socialista o no. Ya se ha comprobado la enorme diversidad que una economía avanzada tiene y las dificultades, ni que sean técnicas, de programación y gestión.


2. El conocimiento es global, no existe un modelo en donde unos produzcan conocimiento y otros productos manufacturados. Las diferencias entre zonas por la competitividad del conocimiento se acercan al empate técnico.


3. La globalización es un hecho consolidado y no será posible renunciar a una economía global.


4. El mundo de las finanzas mundiales no seguirá haciendo lo que le da la gana, absorbiendo y destruyendo de mala manera los recursos producidos por otros. La innovación financiera para las trampas y las mentiras termina.


5. Una sociedad global de estilo occidental, en cuanto a capacidad de consumo, no es posible. Tampoco es posible el mantenimiento de las grandes diferencias de renta actuales, hay una fuerte tendencia hacia un cierto equilibrio.


6. Los riesgos ambientales son el eje sobre el que girará la política económica y la evolución del consumo.


7. El mundo va a ser policentrista, de hecho ya lo es. Policentrismo económico y político.


8. Los conflictos bélicos serios no pueden ya ganarse. No es posible un acuerdo social equivalente a los establecidos en la 2ª guerra mundial. Los esfuerzos bélicos no son asumidos por los pueblos, ni por las empresas, ni por los políticos, puesto que requieren sacrificios que ya nadie apoya. Solo los esfuerzos puramente defensivos pueden aun encontrar grandes solidaridades que permitan un conflicto total.


9. Los organismos internacionales se han consolidado. Incluso a pesar de las dificultades de adaptación y de la resistencia a aceptar la multipolaridad.


10. Europa es un hecho, al que hay que poner aun los adjetivos.


11. Los desequilibrios globales laminan las opciones democráticas, pero la democracia es un valor absoluto. Los detalles pueden ser variables, el fondo no.


12. Hoy disponemos de recursos humanos, económicos, técnicos y científicos para un mundo global mejor.




Lluis Casas angustiado por la navidad





PIDO LA PALABRA POR ALUSIONES: JLLB (de Parapanda)





Mi admirado Don Lluis Casas parece tener una cierta paralexia. Pues ha leído, no lo que un servidor ha escrito con relación al artículo de Jordi Borja y al suyo, el de mi maestro don Lluis, lo que yo no he dicho, ni pensado. Por ejemplo, parece achacarme muy sutilmente que estoy encantado con las políticas económicas que están en curso. De ahí que deslice que yo prefiera “un loco conocido a un cuerdo por conocer”. De ninguna de las maneras, a los locos hay que ponerles la camisa de fuerza, especialmente cuando obliguemos a doña Correlación de Fuerzas a ponerse de nuestro lado; y, por otra parte, tendremos que estar al tanto, no sea que los cuerdos (al menos, algunos de ellos) nos den comadreja por liebre. Un servidor se ha limitado a expresar –cosa que mantengo— la idea de que el artículo de Jordi Borja rezumaba algunas lagrimicas de añoranza por el pasado, por “las nieves de antaño”. Cierto, los goliardos y otras cofradías medievales añoraban el tiempo pasado: “porque no tenían claro por qué futuro luchar”, dice atinadamente el maestro don Lluis Casas. Pero, atención al matiz…

Posiblemente no tenían claro el futuro por el que luchar porque consideraban beneficiosas las “nieves de antaño”. ¿Qué nieves, don Lluis? ¿Las de la alta Edad Media? ¿Las anteriores a la alta Edad Media? ¿Las muy anteriores a la Alta Edad Media? Yo intuyo que, entre tanta borrachera goliardesca, no estaban al tanto de las enormes transformaciones que ya se estaban dando en aquellos, sus tiempos. Por ejemplo, tan asiduos como eran al vino peleón, no se fijaron en la aparición de nuevos cacharros tecnológicos, no vieron la aparición de las Universidades, la consolidación de las respectivas “lenguas vulgares”, el nuevo urbanismo de los burgos… Por cierto, vale la pena recordar que François Villón, el poeta de "Las nieves de antaño" vivió entre 1431 y 1462. O sea, algunos años después de la muy famosa revuelta de los ciompi florentinos (los cardadores de lana), dirigidos por Michele di Lando, que luego salió rana. O sea, por lo menos Villón tenía algunas cosas de más que decir que ir llorando por las esquinas sobre el granizo de antaño. Pero no, no quiso ver lo que emergía. En fin...


En fin, todo lo que el gran Johan Huizinga describe sobre aquellos tiempos. O sea, digo yo, las lagrimicas de los poetas franceses que cantan las “nieves de antaño” eran, sobre todo, unos (magníficos) petardistas que no estaban al tanto de lo que emergía porque siempre tuvieron el cerebro en poder de las uvas y el mosto pirriaque. Así eran estos personajes, algunos de ellos hijos de papá que hicieron –como antecesores de algunas cosas de hoy— una excursión a los barrios de los pobres para luego volver a casita do se estaba la mar de bien al calor del hogar y de los vinos borgoñones. Quede claro a los suspicaces, nada de esto tiene que ver (ni mucho, ni poco) con el artículo de Jordi Borja, un maestro que siempre está muy atento a todo lo que se mueve en los cuatro puntos cardinales. Y usted también, mi querido don Lluis.


Querido maestro habla usted de “la izquierda comunista y democrática europea, que podríamos definir como la izquierda partidaria de reformas profundas, pero sin revolución (o mejor sin mala revolución). Una opción basada en el equilibrio entre costes y beneficios, como un economista lo explicaría”. Me gustaría que me aclarara a qué “izquierda comunista europea” se refiere. No puede ser, desgraciadamente, la española porque, como usted conoce, anda sistemáticamente a la greña, quiero decir a las yugulares de sus miembros. Tal vez, tampoco, a la italiana que, es sabido, andan permanentemente refundándose en una tradicional endogamia y lo que único que les une es la diatriba contra el insípido Veltroni. ¿Quizá la francesa que, en cada consulta electoral, sus votantes se van ora a babor ora a estribor? Dígame, maestro, a qué se refiere porque raudamente cojo los bártulos y me apunto a ella. Ahora bien…


… Ahora bien, hablemos de su ya famoso dodecálogo, esto es, sus doce puntos. Diré que prima facies estoy de acuerdo. No se le oculta a usted que últimamente me cuesta trabajo estar de acuerdo con amigos, conocidos y saludados. Es decir, mi acuerdo con usted no es protocolario. Y bien lo sabe. Pero, me gustaría hacerle unos cariñosos matices. Unos matices que se refieren a los puntos sétimo y décimo. Veamos.

Dice usted en el sétimo: “El mundo va a ser policentrista, de hecho ya lo es. Policentrismo económico y político”. Yo haría la siguiente enmienda parcial: “El mundo va a ser policentrista, de hecho ya es tendencial y desigualmente policentrista. Policentrismo económico y político ”.


Y afirma usted en el décimo: “Europa es un hecho, al que hay que poner aun los adjetivos”. ¿Qué es eso de hecho? En todo caso, todavía, es un hecho vaporoso y hoy se encuentra en un visible atasco. Obviamente, de tan gelatinosa situación debe salir.


Y, como prueba de civilidad en el debate, le adjunto para que disfrutemos todos este aria: “Soave sia il vento” (Così fan tutte” , Mozart) cantada por Pilar Lorengar y Teresa Berganza.

http://www.youtube.com/watch?v=KlsOzgfrtjk&feature=related