Lo que escribo a continuación no es un ataque de paranoia, sino un fiel reflejo de lo que hay detrás de la realidad más inmediata. 0, bien, una forma de mirar basada en lentes de aumento y mecanismos de desbroce.
Si hace unos días les comentaba la catastrófica estrategia de las entidades de acreditación respecto a la deuda, hoy el asunto se ha encarecido mucho y ha hecho un salto cualitativo que podía parecer impensable hace 24 horas.
Si hace pocos días era Grecia la que fue situada contra el paredón de la credibilidad financiera y así sigue, esperando el tiro de gracia o la conmutación de la pena, ahora lo están de golpe dos países de primera división, Italia y España. Poca broma con el asunto. Si Grecia resultó un objetivo fallido para la gran maniobra, todo y que ha quedado muy mal herido, se da por hecho que hay que apuntar más alto.
Los periódicos van llenos de esas malas noticias, del desbordado coste financiero para la renovación de créditos, la dichosa prima de riesgo para los dos grandes paÍses latinos, y lo que es más importante: la insulsa incapacidad política de la UE, el conjunto formado por los grandes países y las estructuras de gobierno conjunto con sede en Bruselas. Ni en situación de máxima crisis esos señores y señoras son capaces de gobernar. ¡Como me recuerdan a los débiles gobiernos de las democracias de los años precedentes a la segunda guerra mundial!
Voy a explicarles una interpretación de la crisis en clave novela negra: esa interpretación no es cierta, aunque se acerca a uno de los lados de la verdad. Se lo explico así para que comprendan que eso de los mercados, de la prima de riesgo, de la deuda soberana, solo es un léxico que oculta también otras cosas.
Esas cosas se resumen en que la UE y el euro están recibiendo un ataque durísimo que pone en riesgo el modelo de integración europea y su peso en el universo de los poderes. Un objetivo de primera magnitud.
En términos comparativos, el estado de le UE como conjunto (todo que un conjunto desgraciadamente un tanto incompleto, aunque invertebrado) es muchísimo mejor que la situación real de los USA y del dólar. La deuda, el déficit y la situación política norte americana son más complejos que las europeas. En cambio, la presión de los “mercados” la está recibiendo la UE y el euro. Tal vez porque los mercados entienden que la falta más que evidente de capacidad de gobierno europeo en asuntos importantes es tan grande que la UE y el euro se convierten en un adversario débil al que pueden sacarle los cuartos con suma facilidad. De eso se trata, de encarecer el crédito europeo y forrarse. Incluso a riesgo de catástrofe.
Entiendo que los mercados han valorado que subir el interés en 4 puntos para Italia y España, es asumible para ambos, aunque los sitúen en el límite de su capacidad. Confían en que los gobiernos y la propia UE tomaran, a pesar de las dificultades de establecer una estrategia coherente, las medidas adecuadas para que los pagos a ese nivel de interés se efectúen y no haya un cierre de caja,. Si no fuera así, estaríamos frente a una especie de homicidio y suicidio a la vez. La UE y los acreedores disparándose mutuamente.
Ese juego de alto riesgo apuesta por una Europa distinta, la que la derecha económica e ideológica desea: hacerse con todo y volver al estado caritativo de antes de los cincuenta, en vez del estado de derechos que todavía tenemos. En esa estrategia, el accidente de la crisis los sorprendió, puesto que dejó claro que ese pensamiento neoliberal y esa acción eran asesinos. La falta de respuesta coherente, al margen de palabras altisonantes que no tuvieron reflejo práctico, hizo ver a esa coalición política y especulativa que era su oportunidad histórica. La comprobación más evidente es la actitud de los republicanos norte americanos que sitúan al gobierno de Obama (otro objetivo) frente al impago en agosto. Nunca había pasado, pero ahora si. Ahora todo vale.
En Europa, el proyecto europeo, en América la apuesta de Obama. Esos son los objetivos y mientras tanto recaudamos en base a tipos de interés excesivos y que ponen al límite la economía mundial. Juegos que nos recuerdan el film de Stanley Kubrick, Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, aquí en Hispania llamada: Teléfono rojo, volamos hacia Moscú. La transformación de la guerra fría en caliente y atómica por causa de la más simple locura.
Tal vez les parezca exagerado, pero en ese caso les emplazo a que explíquen una teoría alternativa.
Lluis Casas, en el laboratorio de ideas de un psiquiátrico, único lugar cuerdo en la tierra.
Si hace unos días les comentaba la catastrófica estrategia de las entidades de acreditación respecto a la deuda, hoy el asunto se ha encarecido mucho y ha hecho un salto cualitativo que podía parecer impensable hace 24 horas.
Si hace pocos días era Grecia la que fue situada contra el paredón de la credibilidad financiera y así sigue, esperando el tiro de gracia o la conmutación de la pena, ahora lo están de golpe dos países de primera división, Italia y España. Poca broma con el asunto. Si Grecia resultó un objetivo fallido para la gran maniobra, todo y que ha quedado muy mal herido, se da por hecho que hay que apuntar más alto.
Los periódicos van llenos de esas malas noticias, del desbordado coste financiero para la renovación de créditos, la dichosa prima de riesgo para los dos grandes paÍses latinos, y lo que es más importante: la insulsa incapacidad política de la UE, el conjunto formado por los grandes países y las estructuras de gobierno conjunto con sede en Bruselas. Ni en situación de máxima crisis esos señores y señoras son capaces de gobernar. ¡Como me recuerdan a los débiles gobiernos de las democracias de los años precedentes a la segunda guerra mundial!
Voy a explicarles una interpretación de la crisis en clave novela negra: esa interpretación no es cierta, aunque se acerca a uno de los lados de la verdad. Se lo explico así para que comprendan que eso de los mercados, de la prima de riesgo, de la deuda soberana, solo es un léxico que oculta también otras cosas.
Esas cosas se resumen en que la UE y el euro están recibiendo un ataque durísimo que pone en riesgo el modelo de integración europea y su peso en el universo de los poderes. Un objetivo de primera magnitud.
En términos comparativos, el estado de le UE como conjunto (todo que un conjunto desgraciadamente un tanto incompleto, aunque invertebrado) es muchísimo mejor que la situación real de los USA y del dólar. La deuda, el déficit y la situación política norte americana son más complejos que las europeas. En cambio, la presión de los “mercados” la está recibiendo la UE y el euro. Tal vez porque los mercados entienden que la falta más que evidente de capacidad de gobierno europeo en asuntos importantes es tan grande que la UE y el euro se convierten en un adversario débil al que pueden sacarle los cuartos con suma facilidad. De eso se trata, de encarecer el crédito europeo y forrarse. Incluso a riesgo de catástrofe.
Entiendo que los mercados han valorado que subir el interés en 4 puntos para Italia y España, es asumible para ambos, aunque los sitúen en el límite de su capacidad. Confían en que los gobiernos y la propia UE tomaran, a pesar de las dificultades de establecer una estrategia coherente, las medidas adecuadas para que los pagos a ese nivel de interés se efectúen y no haya un cierre de caja,. Si no fuera así, estaríamos frente a una especie de homicidio y suicidio a la vez. La UE y los acreedores disparándose mutuamente.
Ese juego de alto riesgo apuesta por una Europa distinta, la que la derecha económica e ideológica desea: hacerse con todo y volver al estado caritativo de antes de los cincuenta, en vez del estado de derechos que todavía tenemos. En esa estrategia, el accidente de la crisis los sorprendió, puesto que dejó claro que ese pensamiento neoliberal y esa acción eran asesinos. La falta de respuesta coherente, al margen de palabras altisonantes que no tuvieron reflejo práctico, hizo ver a esa coalición política y especulativa que era su oportunidad histórica. La comprobación más evidente es la actitud de los republicanos norte americanos que sitúan al gobierno de Obama (otro objetivo) frente al impago en agosto. Nunca había pasado, pero ahora si. Ahora todo vale.
En Europa, el proyecto europeo, en América la apuesta de Obama. Esos son los objetivos y mientras tanto recaudamos en base a tipos de interés excesivos y que ponen al límite la economía mundial. Juegos que nos recuerdan el film de Stanley Kubrick, Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, aquí en Hispania llamada: Teléfono rojo, volamos hacia Moscú. La transformación de la guerra fría en caliente y atómica por causa de la más simple locura.
Tal vez les parezca exagerado, pero en ese caso les emplazo a que explíquen una teoría alternativa.
Lluis Casas, en el laboratorio de ideas de un psiquiátrico, único lugar cuerdo en la tierra.