viernes, 8 de abril de 2016

SIGUIENDO HACIA DAMASCO (otra vez y las que hagan falta)

Escribe Lluis Casas


Nadie puede asegurar que Pablo (el de Tarso o el de ahora) cayese una sola vez del caballo en su ruta hacia Damasco. Las fuentes citan una ocasión, la que interesa a los efectos objetivos del recopilador, pero no dicen nada sobre si antes o después hubo más caídas con menos trascendencia. Por ello puede presumirse que en un recorrido tan largo y con los caminos en el estado en que estaban en la época, no sería raro que un jinete diera de bruces contra el suelo en reiteradas ocasiones y más después del deslumbramiento ocasionado por la caída mediáticamente reconocida.

En fin, dado que racionalmente podemos considerar la posibilidad de diversas caídas en la ruta damasquina, también hemos de valorar que la nueva política va a caer del caballo en más de una o de dos ocasiones y que por su apego a las cosas terrenales ninguna de ellas va a destacar como la del Pablo bíblico, aunque juntas van a ser todo un manual del aterrizaje forzoso.

Durante estas fechas vacacionales, tan plenas de actos cercanos al paganismo más descarado, El País nos anticipó ciertos contenidos de un libro en el que doña Ada Colau expresa sus opiniones urbi et orbi y que probablemente va a ver la luz en el próximo Sant Jordi en una acertada estrategia mercantil. La lectura reposada de sus opiniones respecto al resto de los humanos que El País pone al descubierto deja un raro sabor de boca y genera una pregunta solemne: ¿esa señora quiere aliados, o piensa que ella sola puede con todo?

Resulta muy elocuente la petición expresada por la alcaldesa al periodista recopilador respecto a ICV para que esta se comporte con generosidad en sus planteamientos unitarios de izquierda. Nada hay que decir a esta petición, pero  dado el enorme aval bancario y organizativo con que ICV asume sus acuerdos electorales conjuntos, no entiendo bien la petición. ¿Es, tal vez, una solicitud de harakiri total?

Habitualmente, el personal entiende que la generosidad es una virtud que fluye en todas las direcciones, por lo que quien pide generosidad debe estar dispuesto a aportarla. No creo que doña Ada discuta este principio. Por ello me pregunto: ¿Esas censuras que los acuerdos de izquierda en Comú se han planteado respecto a nombres relevantes de ICV, nada recriminados de corrupción o de dejadez de responsabilidad, deben contabilizarse antes o después de la generosidad (que pretendo) recíproca?

No deja tampoco de ser sorprendente que en unas fechas en donde Podemos pasa su personal vía crucis, una aliada se inmiscuya en la descripción psicológica de sus líderes en valoraciones de orden subjetivo. Dejar a un periodista estos elementos (y los que permanecen a la expectativa del 23 de abril) no me parece el resultado de una pensada estrategia política. Por el contrario, da que rumiar en que sea un fruto espurio de una sed de protagonismo arriesgado. De cualquier manera, es acreditativo de una caída de caballo.

Ya puestos en el análisis de la nueva política y con una gran apertura de miras, podemos averiguar qué hay de nuevo en esa implantación de centro derecha de Ciudadanos/Ciutadans. Sin ser excesivamente detallistas con el concepto no hay duda que ellos se incluyen en las nuevas alternativas políticas.

A la vista de los modos que la negociación sobre el gobierno que se desarrolla en la plaza pública se exponen, no me es muy difícil dudar de la novedad de tácticas y estrategias, a parte, claro está, de sus aciertos o torpezas con el presunto objetivo. No solo estos Ciudadanos que se quieren ejemplares hurgan en la finta y en el giro “in situ”, al estilo de Xavi el qatarí  o el divino Iniesta, sino que desplazan la pelota desde una esquina a otra del cuadrilátero político, ora en el reclamo al partido Popular, ora exigiendo transparencia y honestidad, ora materializándose en plena guerra fría.

Como ya tengo leídos unos 50.000 periódicos, revistas y comunicados de prensa radiados o televistos no creo errar en que nada nuevo veo en los Ciudadanos, al menos en sus prácticas conocidas y dejo en estado de interrogación mi opinión sobre sus prácticas financieras, cuando (y sí) se sepa quiénes son y a cuánto asciende la factura y como son las propuestas de pago. Otra caída del caballo a contabilizar, sin duda alguna.

Para no dejar la nota incompleta y considerando que sería una desfachatez añadir al PP y al PSOE a la lista de la nueva política, añado que Podemos también nos deja este mes de Marzo tan pascual con unos ejemplos evidentes de novedad. Me refiero a sus problemas de organización interna. Es decir, a sus íntimas convivencias entre discrepantes. Debo reconocer que es la primera vez que veo a un responsable de organización ser destituido en público por su (según la autoridad competente) incapacidad. Hasta ahora la antigua política cortaba la cabeza a la vez que alagaba el eximio trabajo del cercenado. La nueva política, por lo visto, corta la cabeza e impide la pensión consecuente. Eso sí es nuevo, pero me permito añadirlo a la lista de caídas.

Lluís Casas con el contador Geiger en la mano.